La Cueva del Tesoro recibe 3.000 visitantes más que el año anterior

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EUROPA PRESS/DIPUTACIÓN DE MÁLAGA
Publicado: miércoles, 7 septiembre 2016 16:38

RINCÓN DE LA VICTORIA (MÁLAGA), 7 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Cueva del Tesoro, ubicada en el municipio malagueño de Rincón de la Victoria, continúa incrementando el número de visitantes; de hecho, en este año ha recibido a 3.000 personas más que el ejercicio anterior.

Esta cavidad es el principal reclamo turístico de Rincón y se trata de una de las tres únicas cuevas de origen marino que se conocen en el mundo y la única visitable en Europa.

Anualmente supera las 30.000 visitas, incremento, según han informado desde la Diputación en un comunicado, motivado por las diversas acciones de promoción en ferias turísticas como Fitur, en Madrid, a través de Apta; y a nivel local ofreciendo información en la oficina turística y en los hoteles de la localidad.

Esta formación es la prueba de la existencia de los primeros asentamientos en la provincia de Málaga, así lo confirman las pinturas rupestres y los restos de piedras, huesos y cerámicos allí presentes. Su creación submarina se distingue con galerías, columnas y habitáculos erosionados por el mar, por lo que en su interior se pueden encontrar paredes lisas y redondeadas con singulares recovecos.

La zona se originó bajo el nivel del mar por las corrientes y el oleaje, pero debido al choque de las placas tectónicas comenzó a emerger la zona conocida como El Cantal, quedando al descubierto las diversas oquedades y grutas. Desde entonces, las filtraciones de agua dulce constituyeron estalactitas y estalagmitas, propias de cuevas de origen terrestre y de la erosión por agua dulce. Se formó durante el Jurásico y posee un gran interés científico, histórico y cultural. Tiene una longitud cercana a los 2.500 metros, de los que solo 600 son visitables.

En su interior se hallan vestigios desde el Paleolítico hasta la ocupación árabe, pasando por la época fenicia y romana. En ella se han descubierto, además de pinturas rupestres de animales y restos de cerámica pertenecientes al Neolítico, objetos de industria lítica, han indicado desde la institución.

Esta cueva es internacionalmente conocida por la antigua leyenda de la existencia de un tesoro escondido por el emperador almorávide Tasufin Ibn Alí, tercer emir almorávide, en el siglo XII. Desde el siglo XVII se llevaron a cabo marchas de búsqueda del tesoro, hasta que en el siglo XX fueron continuadas por el investigador malagueño Manuel Laza Palacios (1909-1988) bajo premisas más científicas.

La leyenda despertó en muchos el interés de entrar en la cueva en búsqueda de riquezas, pero el personaje más conocido, o que más tiempo dedicó a la búsqueda --30 años--, fue Antonio de la Nari, El Suizo, quien empleaba pólvora para explorar y abrir nuevas galerías y que fue el descubridor de una parte que estaba oculta desde hace siglos.

Víctima de una de sus explosiones en la cueva, falleció en 1847. Su trabajo modificó parte de la estructura originaria de las cuevas, dejando como legado un pozo y la leyenda de que su fantasma vaga por las galerías.

PARTES VISITABLES

Entre sus cavidades abiertas al público destacan la sala Noctiluca, nombrada así por encontrarse en ella el templo dedicado a la diosa lunar mediterránea. Este espacio es de gran importancia por el altar fenicio donde se realizaban sacrificios de animales y por el enorme trasfondo histórico que envuelve al origen de la provincia malagueña.

La sala más amplia es la de los Lagos, en la que se puede encontrar estalactitas y estalagmitas, gracias a las filtraciones de agua dulce a través de la piedra, así como tres lagos. Desde ella se accede a la sala de la Virgen, recibe este nombre porque fue descubierta por Laza Palacios el día del Pilar (12 de octubre).

De ahí se pasa a la sala de Marco Craso, que recibe el nombre por la posible estancia del cónsul en la cueva tras huir de Roma. Además, cuenta con la sala del volcán, por el aumento de temperatura que se da en ella y su gran profundidad; y del Águila, nombrada así por una formación rocosa que se asemeja a un ave lanzada en picado.