El Museo Ruso recorre cinco siglos de arte, desde los iconos hasta Kandinsky, Chagall o Malevich

Espejo de Marc Chagall, en el Museo Ruso
Foto: EUROPA PRESS/COLECCIÓN MUSEO RUSO

MÁLAGA, 25 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Iconos medievales sobre paredes rojas dan la bienvenida al visitante del nuevo Centro Colecciones del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo, que ha abierto sus puertas este miércoles. Desde allí, un paseo por cinco siglos de la historia artística de este país, que, de la mano de la comisaria Eugenia Petrova, traslada al siglo XX con el realismo socialista o las vanguardias de los afamados Kandinsky, Chagall o Malevich.

   Con un centenar de piezas, unas más desconocidas, pero otras de renombrados autores, se hace un recorrido desde el siglo XV a las vanguardias del XX a través de las salas de la antigua Tabacalera, culminando con la primera muestra temporal, dedicada a la época de Serguéi Diáguilev, el fundador de los Ballets Rusos. En esta última, con 69 piezas, que estarán expuestas cuatro meses, toman protagonismo fotografías, trajes y pinturas de Leon Bakst, Borís Anisfeld o Alexandre Benois, pero sobre todo el teatro.

   Un museo que aspira a tener en su primer año 150.000 visitas. "Un planteamiento prudente para el que trabajaremos", ha manifestado el director de la Agencia Pública para la Gestión de la Casa Natal de Picasso y otros Equipamientos Museísticos y Culturales, José María Luna, que ha restado importancia a que este espacio, que durante la tarde de este miércoles y el jueves tendrá entrada gratuita, abra sus puertas sin la tienda ni la cafetería.

   Ha precisado, no obstante, que la experiencia de la descentralización, al ubicar este museo fuera del centro histórico, en el populoso distrito de Carretera de Cádiz, "no es fácil". Para ello, no pretende ser sólo un contenedor de obras de arte, sino también un espacio generador de actividades, de modo que "la gente lo haga suyo".

   En esta misma línea se ha pronunciado el alcalde, Francisco de la Torre, quien ha señalado que "es un ejemplo del policentrismo de Málaga". "Será un impulso importante para Carretera de Cádiz y para toda la vida cultural de la ciudad", ha asegurado.

   De hecho, ante la apertura este sábado del Centre Pompidou Málaga, ha afirmado que "está por ver cuál va a gustar más". "Los dos son equipamientos de prestigio", ha resaltado, mostrándose seguro de que contribuirán, junto con la red de museos ya existentes, a animar la actividad cultural de la ciudad. Pero no sólo "será bueno" para la cultura, sino también "para la economía, para el turismo y para la Málaga tecnológica".

SUSPENDIDA LA INAUGURACIÓN OFICIAL

   Una apertura que ha estado marcada tristemente por la tragedia aérea de este pasado martes en los Alpes franceses. De hecho, se ha suspendido el acto de inauguración oficial y, en su lugar, al mediodía los asistentes, entre ellos el director general de Bellas Artes, Miguel Ángel Recio, en representación del Gobierno central, han guardado un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas.

   El director general del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo, Vladimir Gusev, ha destacado el "buen trabajo conjunto" que han desarrollado su equipo y el malagueño y que ha tenido como resultado que "este proyecto ya sea un realidad".

   Ha reconocido que cuando vieron hace un año el espacio en el que se ubicaría el museo, la antigua fábrica de tabacos, era "difícil pensar que se convertiría en el centro que es hoy". "Hemos trabajado duro y, tras solucionar algunos asuntos, todo ha salido adelante", ha expuesto.

   "Éste es el primer paso de un gran trabajo y esperamos que se desarrolle de forma satisfactoria", ha declarado Gusev, quien ha subrayado que están "muy contentos" de abrir el Museo Ruso en España y, en concreto, en Málaga.

   Para Eugenia Petrova, responsable artística adjunta al director general del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, "este proyecto será útil y gustará a los españoles". Distintos temas y estilos con los que mostrar el desarrollo del arte ruso, pero también la historia y las tradiciones de este país.

SEGUNDA TEMPORAL

   El compromiso mostrado por Petrova es organizar cada año una exposición de las vanguardias rusas. Así, tras la temporal de la época de Diáguilev, le llegará el turno a Pavel Filonov, y, más adelante, aún sin fecha, al esperado Chagall.

   En un recorrido por este museo, el visitante pasa de los siete iconos expuestos a la pintura de principios del siglo XVIII, con Pedro I, el Grande, el zar que introdujo a Rusia en la modernidad europea, una época en la que proliferan los retratos de la aristocracia y los paisajes.

   La guerra contra Napoleón y el contacto con las ideas de la Revolución Francesa sirvieron de impulso al romanticismo ruso, aunque quizá en una variante "más melancólica, como la gente del país", precisa Petrova. Iluminaciones especiales, algo místicas, inundan los paisajes de esa época.

   De ahí, se produce un giro hacia la gente corriente y aparecen como protagonistas, por ejemplo, aquellos campesinos sometidos al sistema de servidumbre. No sólo son retratados, sino que pueden verse realizando tareas habituales, como cortar una rebanada de pan.

   El visitante sigue su recorrido entre lo clásico y lo religioso de Alexander Ivanov, que muestra cuerpos desnudos e introduce colores, y se adentra en el folclore ruso y en la sociedad del siglo XIX, con ejemplos como 'Presentación de la novia', de Nikolai Petrov (1861).

   Otro ejemplo en el que se detiene Petrova y al que se suma el director de Ediciones del equipamiento cultural ruso, Joseph Klibitsky, es 'El descanso de los cazadores', de Vasily Perov (1877), o 'El inicio de la primavera', de Ivan Yendogurov (1885), donde se muestra la realidad de la naturaleza rusa.

   La boda de Nicolás II, el último zar de Rusia, a cargo de Ilya Repin, o 'El ritual del beso', de Konstantín Makovski (1895), un óleo de grandes dimensiones en el que se pueden ver numerosos detalles de las tradiciones de la época, son otras de las paradas de este recorrido.

   Y desde allí el visitante hace una inmersión en las vanguardias rusas de la mano de Kandinsky ('Composición con filos blancos' 1913), Chagall ('Espejo', 1915) o Malevich ('Un niño', 1928-1929), que más adelante tendrán exposiciones individuales, según Petrova.

   En esta sala aparece 'Dos cabezas' (1925), obra de Filonov, que "ahora empieza a ser conocido y del que todos se enamoran", según Petrova. Por ello, es el elegido para protagonizar la segunda exposición temporal. "Atendiendo a la mentalidad española, les va a gustar mucho", ha dicho el director del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo.

   Tras el plato fuerte de las vanguardias, el visitante se introduce en el realismo socialista, con piezas de grandes dimensiones, que reflejan las restricciones de Stalin.

   Las posibilidades de este museo, según sus responsables, son inmensas, teniendo en cuenta que disponen de 400.000 piezas. "Veremos qué pide el público español, qué es lo que le gusta, y para eso necesitamos tiempo", ha expuesto Petrova.

CONTINUIDAD

   Preguntados por si la intención es continuar otra década una vez que finalicen los 10 años contemplados en el convenio, tanto Luna como Petrova han confiado en que, pasado ese tiempo, "volvamos a encontrarnos todos aquí".

   "A nosotros nos encantaría --ha comentado Petrova-- porque tenemos muchas cosas que enseñar". "El edificio es muy cómodo y nos viene muy bien para mostrar cuadros", ha expuesto, reiterando su deseo de "hacer muchas cosas". Y es que, ha declarado, "nuestros cuadros se ven en este edificio precioso como en San Petersburgo".

   Sobre la apertura esta misma semana del Centre Pompidou Málaga, en el Cubo del puerto, Gusev ha afirmado que "la competencia siempre es buena para hacer cosas interesantes".

   El precio de las entradas de este nuevo espacio cultural, en el que el Ayuntamiento desembolsa en el primer año casi 3,7 millones de euros, sin contar los trabajos urbanísticos, oscilan entre los ocho euros de la combinada general y los 2,5 euros de la temporal con tarifa reducida.

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