Actualizado: viernes, 30 junio 2017 18:04

El guardia civil detenido por el siniestro fue condenado en 2015 por amenazas y tiene pendiente un juicio por delito contra seguridad vial

MÁLAGA, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -

Las tres personas que permanecen ingresadas tras el accidente ocurrido el pasado miércoles en la A-7 a su paso por Torremolinos (Málaga) continúan estables y sin que se tema por su vida, según han informado a Europa Press fuentes sanitarias.

La mujer de 18 años ingresada en el Hospital Regional se encuentra estable y presenta una buena evolución, mientras que de las dos que están en el Clínico Virgen de la Victoria, madre e hija, una se recupera en planta y otra en la Unidad de Cuidados Posquirúrgicos, ambas con buena evolución, según han precisado las mismas fuentes.

En el mismo accidente, fallecieron tres personas, un hombre y una mujer de Bahrein y otra mujer de Kuwait. Un agente de la Guardia Civil fue detenido en relación con este siniestro, en el que se vieron implicados varios vehículos.

Así, la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Torremolinos decretó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para el guardia civil, al que se le investiga por dos delitos contra la seguridad vial, tres delitos de homicidio imprudente y siete de lesiones.

ANTECEDENTES

El hombre, que dio positivo en las pruebas de alcohol y drogas que se le realizaron, tiene pendiente un juicio por un delito contra la seguridad vial que se celebrará inicialmente el 26 de septiembre en el Juzgado de lo Penal número 6 de Málaga, según han informado fuentes judiciales. Se trataría de un accidente ocurrido en Mijas (Málaga) en 2014.

Asimismo, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Coín lo condenó en 2015 por delitos leves --antes faltas-- de maltrato de obra y de injurias y amenazas contra un vecino; hechos por los que se impusieron el pago de 700 euros de multa y la prohibición de acercarse al otro hombre a menos de 50 metros o comunicar con él durante tres meses.

Esta condena se debió a unos hechos ocurridos en febrero de ese año 2015 en la localidad malagueña de Tolox, donde el agente estaba destinado. Allí, un día, estando fuera de servicio, se encontró a un vecino y le recriminó que hubiera mandado por mensaje de Whatsapp una murga de Carnaval por la que "se sentía ofendido".

Así, "alterado y de forma airada", indica la sentencia dictada en ese momento, comenzó a amenazar al vecino y a cogerle de la solapa de la chaqueta y "zarandearlo". Posteriormente, ese mismo día, por la noche, se presentó en la casa de éste insultándole.

Días más tarde, puso en su perfil de Whatsapp varias frases de amenazas de muerte y vejaciones, según la resolución, en la que se señala que el denunciado reconoció parte de lo sucedido, pidiendo disculpas a los denunciantes; además, se hace referencia a un informe forense que señalaba que padecía un trastorno ansioso depresivo, a pesar de lo cual era plenamente imputable.

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