Actualizado: sábado, 23 julio 2016 8:51

GRANADA, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a un total de 25 años de prisión a una mujer, María Victoria M.G., acusada de asesinar a su vecino incendiando su casa en Almuñécar (Granada) por venganza, ya que éste le había prendido también fuego a su vivienda diez años antes.

El tribunal la considera responsable de un delito de asesinato y de dos robos con violencia, después de que así lo estimara el jurado popular que enjuició el caso en la Audiencia durante el pasado mes de junio, y le impone además el pago de 75.000 euros de indemnización a los hermanos del fallecido, en concepto de daño moral.

En el caso también estaban procesados otras cuatro personas, tres de los cuales han sido condenados a tres años y medio de cárcel por un delito de robo con violencia y multa de 900 euros por un delito de omisión del deber de socorro. Se trata de los identificados como Juan F.R.P., de 24 años; José N.P., de 30; y Juan M.R.M., de 25, con antecedentes penales.

La quinta inculpada en este asunto, Carolina F.P., de 20 años, ha sido considerada responsable del delito de omisión del deber de socorro, por el que sólo tendrá que hacer frente al pago de la multa, según consta en la resolución a la que ha tenido acceso Europa Press y contra la que cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Según consta como probado en la sentencia, los hechos se remontan a la madrugada del 24 al 25 de abril de 2014, cuando María Victoria M.G. se personó "con la finalidad de obtener un enriquecimiento ilícito" en el domicilio de la víctima, Jesús M.C., en la calle Cariñena de Almuñécar.

Tras conversar con él, le invitó a beber cerveza en la que previamente había diluido varias pastillas del tranquilizante Alprazolam, y cuando éste se quedó adormilado por sus efectos, la acusada le robó las llaves de su casa, una cartilla bancaria y una tarjeta de crédito. Después se dirigó a dos sucursales bancarias desde las que intentó sacar dinero, pero la tarjeta se bloqueó cuando marcó erróneamente el número pin.

A la noche siguiente, del 25 al 26 de abril, cuatro de los cinco acusados --todos, salvo Carolina F.P.--, puestos "de común acuerdo y en el desarrollo de un plan preconcebido para obtener un beneficio ilícito", se dirigieron sobre las 4,00 horas a la plaza Antonio Gala de Almuñécar, lugar frecuentado por la víctima. Allí le invitaron a consumir cerveza, de nuevo con tranquilizantes.

De aquel lugar se desplazaron todos a otras zonas del municipio, donde volvieron a hacerle beber cerveza mezclada con tranquilizantes y finalmente terminaron en la vivienda de la víctima. Entonces registraron el domicilio y María Victoria M.G. se apoderó de una bolsita de marihuana, de 15 euros, y de las nuevas llaves de la casa.

Otros dos de los acusados desatornillaron un televisor LG que se encontraba colgado en la pared, que se llevaron a la casa de María Victoria M.G., a unos 100 metros de distancia.

Fue entonces cuando María Victoria se quedó sola en la casa de su vecino y "guiada con un ánimo de venganza", al haber prendido éste fuego a su vivienda en 2004 --hechos por los que fue condenado a dos años y medio de prisión-- cogió un encendedor y le prendió fuego a un trapo que había junto a la cabeza de su víctima, que se encontraba inconsciente tras la ingesta de barbitúricos y cerveza, y a un cojín de otro sofá

Cuando los servicios de emergencias se personaron en la casa, hallaron junto a la puerta el cadáver de Jesús, que había muerto por inhalación de humo.

El incendio alcanzó altas temperaturas en el interior de la vivienda, destruyó todo el mobiliario y afectó a todas las estancias del piso, lo que supuso un riesgo para la vida de los habitantes del inmueble, dado que las llamas pudieron propagarse y el siniestro se registró de madrugada.

Según el tribunal, cuando María Victoria M.G. comunicó, ya en su vivienda, a los otros cuatro procesados que había prendido fuego a la casa de su vecino, estos miraron por la ventana y vieron cómo salía humo de la vivienda de Jesús, sin que intentaran dar aviso ni auxiliar a la víctima, que tenía 43 años en el momento de su muerte, era soltero y tenía tres hermanos.