Del Río advierte de que la justicia es la "eterna asignatura", pendiente de ser una "cuestión de Estado"

Actualizado: miércoles, 15 abril 2015 12:43

GRANADA, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Lorenzo del Río, ha advertido este miércoles de que la justicia es la "eterna asignatura" pendiente de ser tratada como una "cuestión de Estado" y que, en su opinión, debería estar siempre fuera del "debate electoral" porque "no debe utilizarse nunca", y ha lamentado que las reformas que hay pendientes sean un "proyecto inacabado".

Durante la presentación de la memoria anual de actividades y funcionamiento correspondiente a 2014 del Alto tribunal andaluz, que este año se ha presentado por primera vez en formado 'código QR', Del Río ha lamentado que "no seamos conscientes" de la importancia de la justicia y ha considerado que la gente sí confía en ella, en una justicia "efectiva y en tiempo razonable".

"Coloquialmente muchas veces se dice que la justicia, como no da votos, tampoco es necesaria", ha censurado del Río, que ha resaltado, por contra, que la estabilidad jurídica y económica exige que la justicia responda con menor tiempo a los problemas de la crisis, y ha añadido que debería ser por ello "mejor gestionada".

Del Río, que ha reclamado la colaboración de los agentes sociales para mejorar el sistema, ha admitido que año tras año, en cada presentación de la memoria, repite ideas y reflexiones, pero ha seguido apostando por la necesidad de reformas estructurales, que mejorarían también la "calidad de la sociedad".

De hecho, ha afirmado que 2014, otro año sin reformas, es "un nuevo año judicial perdido", ya que, según se recoge en la memoria, hay proyectos de "profunda significación", por lo que "seguimos muy alejados del rendimiento óptimo de la justicia", reto "permanente y factor decisivo para hablar de una mejor tutela judicial".

Por ello, el análisis del año 2014 se justifica, "incluso se agota en sí mismo, al reproducir mensajes harto conocidos e idénticos problemas de años anteriores, ya que las disfunciones en materia de administración de justicia se repiten miméticamente y no hay avances significativos".

En ese sentido, el diagnóstico del TSJA para el año 2009 se resume en un total de nueve problemas: Idéntica estructura organizativa, Oficina Judicial sin implantar, parálisis de la modificación de plantillas y reordenación de efectivos personales, sin mejora de la gestión de las medidas de apoyo judicial y refuerzo de órganos judiciales sobrecargados o mal dimensionados, no hay una "mínima capacidad de gestión", sigue sin racionalizarse el ámbito de la justicia penal, sigue pendiente la administración de justicia digital, continúa "a la espera" la anunciada desjudicialización de funciones, y, por último, hay "pocos cambios" en las infraestructuras judiciales.

Para Del Río, la justicia tiene que mejorar en su funcionamiento y organización, pero su gran reto no es sólo estadístico; "es ganarse el aprecio y la confianza de los ciudadanos".

"Es verdad que hay muchas cosas que no funcionan, o no funcionan como deben. Sin embargo, el mensaje puede ser positivo, pues, sin perjuicio de afrontar y denunciar los problemas y deficiencias con toda claridad, permanece incólume el esfuerzo general en un servicio a los ciudadanos que tiene como recompensa ofrecer una respuesta a tantos conflictos, necesidades y peticiones: importa lo que hacemos y cómo lo hacemos", se indica en la Memoria.

Según recoge la memoria del TSJA, consultada por Europa Press, los jueces han retomado su presencia pública demandando tanto medidas correctoras como paliativas para el ejercicio de la justicia "del día a día".

Pero, al mismo tiempo, deben ser "capaces" de transmitir a los ciudadanos "un mensaje de esperanza frente al fatalismo o desafección que se detecta en la sociedad con motivo de la denominada corrupción y de las graves situaciones personales producto de la crisis económico-social".

"Con profesionalidad, entrega e independencia, los órganos judiciales, en la medida de sus posibilidades, persiguen la corrupción y solventan múltiples problemas personales y sociales. Podemos decir que la justicia intenta desarrollar, en la práctica diaria y de la mejor forma posible, un papel fundamental como sistema regenerador de las instituciones y del tejido socioeconómico", se incide.

Así sucede, según se señala en el documento, con las secuelas de la crisis económica en la justicia, hasta el punto de que "la radiografía de los juzgados sigue siendo la de un esqueleto dañado por la crisis: impagos de deudas, cláusulas suelos, desahucios, reforma laboral, concursos de acreedores, reclamaciones por cláusulas suelo".

En ese panorama, el Alto tribunal andaluz apuesta por "la necesaria independencia, objetividad y razonabilidad de las decisiones judiciales", y la agilización del proceso, "lo que de nuevo nos lleva a la mejora de medios materiales y humanos, fórmula imprescindible para luchar contra el deterioro del sistema y la pérdida de confianza por parte de los ciudadanos".

"Nuestro reto permanente no es sólo estadístico. Tenemos que ganarnos la autoridad, la legitimación diaria por el buen ejercicio profesional, el respeto de los demás, más aún, el aprecio y la confianza de los ciudadanos. Nunca está de más insistir en el mejor trato con los justiciables y profesionales. Tenemos que recuperar el crédito judicial ante los ciudadanos", se indica en la Memoria.