SEVILLA, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -
Trabajadores del programa de Zonas con Necesidades de Transformación Social, promovido por el Ayuntamiento de Sevilla con la colaboración financiera de la Junta de Andalucía para actuaciones sociales en el Polígono Sur, Tres barrios-Amate, Torreblanca, Polígono Norte y el poblado Chabolista de El Vacie, han avisado de la incertidumbre que pesa sobre la "continuidad" o no de sus contratos y su jornada laboral, aspecto que según alertan repercute en los servicios que reciben los colectivos de personas desfavorecidas de los citados espacios.
Como hemos informado, la nueva edición de este programa contará en su edición 2014/2015 con una plantilla operativa 6,5 horas diarias, al subir su presupuesto global de 1,25 millones de euros a 1,58 millones. Y es que el Ayuntamiento ha incrementado su aportación en 315.486 euros, regresando a grados anteriores de aportación, y la Junta ha subido también su subvención, pero sólo en 11.446 euros.
Pero como exponen los trabajadores en un comunicado, con la incertidumbre que pesaría sobre la "continuidad" o no de sus contratos laborales y una jornada de sólo 6,5 horas al día, "no se puede hacer un trabajo continuado en el tiempo ni se puede garantizar el acompañamiento y el apoyo personal y familiar a los colectivos vulnerables y desfavorecidos". "El alcalde ha manifestado que ha levantado el plan de ajuste, pero la realidad es que lo mantiene en los servicios sociales, con su personal técnico en la jornada laboral reducida".
Así, alegan que "la población atendida por los servicios sociales requiere de las ayudas económicas y las obtienen, pero también se hace imprescindible que se trabaje desde lo social para la promoción de los individuos y grupos sociales y para la obtención de un mayor bienestar social y una mejor calidad de vida, así como para la prevención y eliminación de la marginación social".
En ese sentido, y a cuenta de la situación del colectivo de trabajadores del programa Zonas, el comunicado señala que "a día de hoy, el Ayuntamiento potencia el asistencialismo, generando una serie de acciones paliativas que buscan satisfacer necesidades momentáneas de la población, y promoviendo una cultura de dependencia y de pasividad que reproduce estructuralmente la pobreza al mantener el plan de ajuste a los trabajadores de los Servicio Sociales", algo que se agrava "cuando los trabajadores y trabajadoras de los servicios sociales desconocen la continuidad de sus contratos laborales, y de la jornada laboral en caso de reincorporarse de nuevo a sus puestos de trabajo".
"Señor alcalde, cuál va a ser el futuro laboral de los trabajadores y trabajadoras del Área de Familia, Asuntos Sociales y Zonas de Especial Actuación", preguntan retóricamente.
