SEVILLA, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, ha lamentado este lunes el fallecimiento del joven marroquí que intentaba entrar de manera ilegal en España escondido en una maleta y dentro del maletero del coche de su hermano, y ha instado a la Unión Europea (UE) a trabajar de manera "conjunta y solidaria" para luchar contra las mafias que están creando "caminos falsos, jugando con la vida de las personas a cambio de dinero".
En declaraciones a Europa Press, Maeztu ha afirmado que la situación de la inmigración en las fronteras es "muy preocupante", lamentando a su vez, que "una persona tenga que perder su vida para tener una vida mejor".
Asimismo, ha destacado que el control de este fenómeno se está dificultando debido a la aparición de métodos que se están "propagando", como pueden ser la inmigración de personas "escondidas en ferries, maletas, agarrados a los bajos de camiones u ocultos en el interior de coches".
El Defensor del Pueblo Andaluz también ha advertido de que "el campo no tiene puertas, es decir, que no se puede controlar esto, porque siempre hay maneras en las que el ser humano intenta luchar por la vida".
Además, ha destacado que las mafias están haciendo una "invención de métodos y de vías de solución de salidas", con la excusa de "un mundo mejor", pero que lo único que pueden es "anticipar la muerte".
En suma, ha añadido que le parece "lamentable" que la UE "sólo esté creando medidas represivas, al igual que ahora está creando Reino Unido tras ver como a través del paso de Calais los inmigrantes intentan llegar a las islas británicas".
Por ello, ha rechazado las ideas del país británico de penar con tres años de cárcel "a las personas que alquilen una casa a inmigrantes sin papeles", identificado como el rechazo del reparto de inmigrantes entre países de la Unión como síntoma de que "nadie está dispuesto a ayudar para que se solucione este problema".
Finalmente, Maeztu ha mencionado que para solucionar las muertes que se vienen produciendo en la inmigración no se debe actuar "expulsando a la gente", sino que las autoridades de los diferente países deben ejercer un "equilibrio solidario ayudando en el país de origen para que estas personas vivan bien en sus países y no sientan la necesidad de realizar este tipo de acciones que enturbian los derechos humanos".
