Actualizado: viernes, 21 abril 2017 14:41

La Fiscalía pide 23 años de cárcel para el acusado al considerar que se trata de un crimen que "debe ser reprobado con la máxima pena"

SEVILLA, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -

El jurado popular ha declarado este viernes culpable por unanimidad de los delitos de asesinato y malos tratos a Mario C.M., el hombre acusado de matar el 3 de junio de 2015 a su esposa después de golpearla con la tapa de la cisterna de un váter en la casa que ambos compartían en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), según han informado a Europa Press fuentes del caso.

Durante un veredicto hecho público al mediodía de este viernes en la Audiencia Provincial de Sevilla, los miembros del jurado han considerado al acusado culpable de haber matado a su esposa "consciente" e "intencionadamente", de forma "alevosa, por sorpresa" y sin que la víctima tuviera "posibilidad de defenderse".

El jurado ha declarado probado que, antes de las 2,00 horas del día 3 de junio de 2015, el imputado se levantó y, "con la intención de causar la muerte" a su esposa, le clavó en tres ocasiones una navaja por la espalda, tras lo que la persiguió hasta el cuarto de baño y, una vez allí, le golpeó "reiteradamente" con la tapa de la cisterna.

ATAQUE "VIOLENTO"

En este sentido, el jurado considera que el acusado actuó de forma "sorpresiva e inesperada" y, con ello, evitó que la víctima "pudiera defenderse" ante la "violento" del ataque, al mismo tiempo que ha considerado probado que, durante la convivencia, la sometió a continuos malos tratos consistentes en "vejaciones, insultos y amenazas".

Al hilo, ha relatado que, el día 17 de marzo de 2008, el acusado agarró de los pelos a su esposa, de forma que si la mujer "no mantuvo la denuncia fue por miedo o porque dependía económicamente" de él.

El jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, no ha considerado probado que el acusado sufriera trastorno mental alguno y ha rechazado, asimismo, la versión ofrecida por el acusado, que aseguró que el día de los hechos vio a su mujer "abrazada a otro hombre" y que fue ella quien le hirió con una navaja antes de ocurrir los hechos "y sin mediar provocación alguna".

De igual modo, no ha considerado probado que el imputado, tras ocurrir el crimen, llamara a su hermano para que éste, a su vez, llamara a la Policía a fin de confesar lo sucedido.

HECHOS "GRAVÍSIMOS"

Una vez conocido el veredicto, la Fiscalía ha mantenido su petición de 23 años de cárcel para el acusado, Mario C.M., por presuntos delitos de asesinato y malos tratos habituales, en ambos casos con la agravante de parentesco, señalando que se trata de hechos "gravísimos" que "han de ser reprobados con la máxima pena".

Tanto el abogado José María Núñez, que ejerce la acusación particular en nombre de las dos hijas de la pareja, como la acusación que ejerce la Junta de Andalucía se han adherido a la petición realizada por la representante del Ministerio Público.

De su lado, la defensa del acusado ha mostrado su desacuerdo con los hechos declarados probados por el jurado y, anunciando que recurrirá la sentencia, ha pedido para su patrocinado la pena mínima por ambos delitos, como son 21 meses de cárcel por los malos tratos y 17 años y medio de prisión por el asesinato.

En su declaración, el acusado relató que la madrugada del 3 de junio de 2015 se levantó y vio al fondo del pasillo a su mujer "agachada y abrazada a otro hombre", añadiendo que su esposa le dijo a este hombre que se marchara y, a continuación, cogió una navaja y le hirió en una mano, una rodilla y un testículo.

El imputado afirmó que ya no recuerda nada más hasta que vio a su mujer tumbada en el suelo del cuarto de baño, ensangrentada y sin moverse, momento en el que se sintió "mal, raro".

"NO HE GOLPEADO A MI MUJER EN MI VIDA"

Seguidamente, intentó llamar a la Policía, pero como no se acordaba de su teléfono, se puso en contacto con su hermano "para que llamara a la Policía" y para avisarle de que su mujer estaba tumbada en el suelo del cuarto de baño y que no se movía.

Preguntado por las puñaladas y el golpe con la tapa de la cisterna que propinó a su mujer, el encausado dijo que, "según los hechos que se relatan, fue así, pero yo no me acuerdo". "No he golpeado a mi mujer en mi vida", puso de manifiesto el investigado, que negó asimismo las amenazas que le atribuyen las acusaciones o que en el año 2008 hubiera tirado de los pelos a su esposa.

El acusado, que desveló que desde el año 2013 grababa las conversaciones con su esposa porque "temía por su vida", indicó que en el momento de los hechos su estado mental "era malo" tras sufrir un accidente laboral en 2008 que le provocó una depresión y que ha tenido varios episodios de pérdida de memoria, añadiendo que la víctima le agredió "en varias ocasiones" y él "nunca" le golpeó.

Asimismo, aseguró que, en los 27 años de matrimonio con la fallecida, nunca insultó a su mujer ni a sus hijas, sino que únicamente "intentaba rebatir y explicar su punto de vista" en los momentos en que se producía alguna discusión.

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