OVIEDO, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
La secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Patricia Espinosa, y su predecesora en el cargo, Christiana Figueres, han advertido este viernes de que la aplicación del Acuerdo de París para la lucha contra el cambio climático no solo requiere el compromiso de los gobiernos, también de todos los actores sociales.
Así lo ha explicado en una rueda de prensa en el Hotel de La Reconquista (Oviedo), previa a la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2016, cuyo galardón de la Concordia ha sido para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
"El acuerdo de París", ha explicado Espinosa, "expresa la voluntad de los gobiernos pero también una movilización de muchos sectores". "El reto", ha añadido, "es explicar mejor este fenómeno (el del cambio climático)". "Los Gobiernos no pueden cumplir solos, requieren de la acción de todos", ha añadido.
En este sentido, preguntada por si ve posible que los ciudadanos asuman las exigencias del acuerdo, ha considerado que "las nuevas generaciones están muy preparadas", al respecto de la concienciación sobre el cambio climático.
Ha incidido en la idea de que todos los individuos "somos actores y tenemos una responsabilidad individual", además de la "acción colectiva". Ha apostado por entregar a las generaciones venideras "un planeta no destruido, que tenga la oportunidad de un nuevo modelo de crecimiento y con justicia social".
Ha advertido también de que "los costos de la no acción" en este asunto son altísimos. Ha apostado por tener "un gran sentido de la urgencia por los efectos que estamos viviendo hoy en día".
Ha explicado algunos de los logros alcanzados en los últimos tiempos, entre ellos la enmienda aprobada al protocolo de Montreal, sobre una nueva sustancia con efectos de calentamiento, o el acuerdo alcanzado con el sector de la aviación civil, que aceptará una limitación de sus emisiones.
Figueres se ha referido también a los avances en materia de transporte, con la proliferación de vehículos eléctricos, e incluso sin conductor, y el cambio de mentalidad que provocará que próximamente las clases con mayores recursos en las ciudades se desplacen en transporte público y no en coches particulares.
