Juicio Ema
EUROPA PRESS

Dos técnicos de la empresa aseguran que se realizaba vigilancia de los trabajos diaramente "a pie de obra"

GIJÓN, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -

El ex gerente de la Empresa Municipal de Aguas de Gijón (EMA) Pablo Álvarez Cachero, que sustituyó en el cargo a Luis Alemany, ha asegurado este lunes que se abonaba a Symcoplas por el mismo trabajo más que lo que se hacía a Aldesa, empresas adjudicatarias de un contrato marco para la realización de obras pequeñas y urgentes en la sociedad pública municipal. Incluso ha sostenido que se facturaba por un trabajo que ya estaba incluido en el preciario, el listado que marca lo que hay que abonar en cada caso.

"Canta bastante", ha apuntado sobre el hecho de que una empresa presente una baja importante en el proceso de licitación y luego facture dos millones de euros de más. Así lo ha indicado en la segunda sesión de la vista oral del juicio contra el ex gerente y la ex presidente de la EMA, Luis Alemany y Dulce Gallego, respectivamente. La Fiscalía pide 2 años de cárcel para la ex presidenta y el ex gerente de la Empresa Municipal de Aguas de Gijón, acusados de un delito de prevaricación y de otro de fraudes y exacciones ilegales. Junto a ellos se juzga a tres personas más, responsables de las dos empresas citadas.

Cachero ha relatado como Alemany le dijo que había que llevar la prórroga del contrato marco al Consejo de Administración "porque sí", pero se decidió por sus miembros no renovarlo. Sí se hizo un contrato extraordinario, en el mismo sentido pero más controlado, según él, durante el tiempo en que se licitaba una nueva contratación.

No obstante, solo se encargó una obra de urgencia y otras pequeñas obras, por lo que de 500.000 euros solo se gastaron unos 40.000 euros y se decidió que el nuevo contrato, licitado en 2013 ya no era necesario. No se firmó para evitar el lucro cesante, es decir, tener que compensar a la empresa adjudicataria si no se le encargaban obras por el importe del contrato. Algo que ha achacado en parte al parón de la Construcción y a que el personal de la EMA ya no estaba tan ocupado y podía ejecutar esas obras.

Asimismo, ha apuntado que antes de ser gerente fue consejero en la EMA y supervisaba desde el Ayuntamiento a esta y otras empresas municipales. Ha asegurado que inicialmente había confiado totalmente en Alemany, hasta que salió a relucir el informe de la auditoría externa y las supuestas irregularidades.

Ya de gerente, comprobó las facturas y vio que a Symcoplas se le pagaba diferente a Aldesa y que había trabajos que no tendrían que haberse facturado, en su opinión, al formar parte del contrato, como pueda ser la retirada de vallas de la obra. De hecho, ha apuntado que la anterior adjudicataria de ese contrato no los cobraba.

Además, ha incidido en que no había justificación para que se le dieran más trabajos a Symcoplas que a Aldesa, ya que la calidad era similar. También ha recalcado que se hicieron comprobaciones de obras aleatorias y se comprobó mediante catas que en tres obras que se había facturado más caro por ser en roca, en realidad no la había.

DUDAS SOBRE LA SUPERVISIÓN DE OBRA

En este sentido, ha puesto en duda la supervisión que se realizaba de las obras, al asegurar que no existía documental que certificara la visita de obras por parte de los capataces y vigilantes. Sí que ha confirmado que, por lo que a él le consta, Aldesa no se excedió en el importe estipulado en el contrato o en el preciario, como tampoco tiene conocimiento de que no hicieran las obras adjudicadas ni cobrado de más.

En el juicio, ha declarado primeramente el teniente alcalde del Ayuntamiento de Gijón, Fernando Couto (Foro), que durante el mandato pasado ocupó la Presidencia de la EMA y fue quien llevó a la Fiscalía el informe sobre las supuestas irregularidades en esta empresa municipal.

Couto, que llegó a la EMA en julio de 2011, ha aclarado que se decidió a hacer una auditoría externa para revisar la gestión y ver en qué se podía mejorar. Para él, el que comprobaran un exceso de más del 60 por ciento en la facturación respecto a lo marcado en el contrato marco "no es normal". También ha dudado de que las obras realizadas fueran pequeñas y urgentes, como se supone que deberían ser para incluirse en este contrato. Como ejemplo, ha puesto la adecuación de la parcela de la Semana Negra.

Ha insistido, a este respecto, en que el informe de auditoría señalaba que no había habido una correcta contratación al haber ese exceso en el presupuesto licitado. Ha incidido, además, en que poco antes de que él llegara a la EMA Alemany prorrogó el contrato citado sin pasar por el Consejo de Administración.

Ha justificado, asimismo, que se promoviera un nuevo contrato marco para no dejar sin servicio a la ciudad hasta que se licitara uno nuevo. Ha apuntado, además, que el gerente de la EMA, la secretaria en 2011 del Ayuntamiento y la Intervención Municipal eran quienes supervisaban el contrato. Couto también ha dicho desconocer cómo se supervisaban y aprobaban las obras.

El 'desconocimiento' de este acerca del funcionamiento de la empresa ha hecho que el abogado de Dulce Gallego le preguntara por sus funciones en la EMA y le recordara que su defendida estaba en el banquillo por ser en su día la presidenta de esa misma empresa.

TODO DOCUMENTADO

Las declaraciones de Cachero y Couto han contrastado con la de dos responsables intermedios de la empresa, quienes han asegurado que se comprobaba la ejecución de los trabajos de Symcoplas y Aldesa "a pie de obra y a diario" por capataces y/o vigilantes.

Uno de ellos ha declarado que la empresa no estaba por la labor, tras la llegada de Cachero, de realizar un nuevo contrato marco. "Siempre estuvo documentado", ha asegurado uno de ellos, quien ha destacado que Alemany solía pasar por las obras cuando podía. "Le gustaba tener las cosas controladas", ha apuntado sobre el acusado.

También ha justificado que si se consideraba la premura en la renovación de redes, era porque el Ayuntamiento avisaba de que iba a realizar una renovación de pavimento y se aprovechaba para no tener que levantar dos veces la calle. Uno de los testigos ha incidido en que con Cachero se cambió el criterio y ya no se hacían renovación de redes.

Además, han señalado que la elección de a quién se le encargaba una obra dependía sobre todo de la disponibilidad y proximidad. Asimismo, han argumentado que había trabajos que realizaban estas empresas fuera del presupuesto del contrato marco como complemento a algunas obras.

Uno de los testigos ha dicho no tener "ninguna sospecha, ni prueba ni indicios" de que Aldesa facturara por algo que no hizo o fuera de precio."Nadie me preguntó y se sentó conmigo a aclarar cosas", ha remarcado sobre las supuestas irregularidades encontradas. Para este mismo testigo, este contrato era una herramienta que permitía agilizar la contratación administrativa.

Durante la vista oral hubo también una llamada de atención del juez hacia alguno de los acusados, a los que recordó que según la Ley de Enjuiciamiento Criminal no pueden realizar gestos de aprobación o desaprobación cuando están declarando los testigos.

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