SANTANDER, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
El acusado de abusar sexual de la hija de su pareja de nueve años ha alcanzado un acuerdo con la Fiscalía y la acusación particular y ha aceptado una condena dos años de prisión, pena que probablemente será suspendida al haber conformidad de todas las partes.
Y es que el abogado del acusado ha pedido que se proceda a la suspensión de condena cuando se ejecute la sentencia, que la Sección Primera de la Audiencia de Cantabria dictará en base a esta conformidad, y tanto el fiscal como el letrado de la madre de la menor han estado de acuerdo con la petición.
Según ha argumentado el fiscal, que inicialmente reclamaba una pena de tres años por el delito de abuso sexual a menor de 13 años, el acusado ha mostrado su arrepentimiento "pidiendo perdón a la madre de la niña en varias ocasiones".
Además, ha destacado que ha consignado los 6.000 euros de indemnización que se le pedían y ha corrido con el gasto de los más de 3.000 euros de los honorarios del abogado de la acusación particular.
Asimismo, el representante del Ministerio Público ha indicado que, al no tener el hombre antecedentes penales y ser la pena acordada inferior a cuatro años, la condena puede ser suspendida, aunque ha pedido que el procesado esté obligado a realizar un curso de educación sexual.
Además de la pena de dos años de prisión, en el acuerdo el acusado ha aceptado una ordena de alejamiento de la niña de 500 metros durante seis años e inhabilitación para ejercer profesión u oficio relacionados con el cuidado de menores de edad por el mismo tiempo.
En el escrito del acuerdo, al que se ha dado lectura este lunes en la vista celebrada en la Audiencia de Cantabria, el hombre reconoce que el 19 octubre de 2014, aprovechando que estaba a solas en la habitación con la niña, le introdujo la mano por dentro de la ropa interior y le realizó tocamientos en la zona vaginal y anal.
La niña, incomodada por la conducta de la pareja de la pareja de su madre, le manifestó su deseo de dejar de jugar con él y se fue al salón de la vivienda. Pero el hombre, lejos de deponer su actitud, la siguió y volvió a tocarle nuevamente la vagina, mientras esta jugaba a hacer el pino.
Finalmente, el hombre le pidió que guardara el secreto de lo que había pasado. Pero la niña, una vez que pudo hablar a solas con su madre, le relató lo sucedido y ésta interpuso denuncia el día 24 de octubre ante la Guardia Civil.
En la fecha en que ocurrieron los hechos el acusado tenía una relación esporádica con la menor, pues no convivía con ella ni con su madre; además, la niña pasaba muchos fines de semana con su padre biológico. La menor no ha padecido secuelas psicológicas a raíz de lo sucedido, si bien la conducta del acusado le ha producido un "daño moral".
