Acusado de abusos habla de "relaciones consentidas" y ella no recuerda "nada"

Acusado de abusos a una chica que iba a trabajar para su hija
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 25 abril 2017 16:31

SANTANDER, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -

El acusado de abusar de una mujer que iba a trabajar en la peluquería de su hijastra ha admitido que mantuvo relaciones sexuales con ella, pero "siempre consentidas", ya que "jamás" le dio "nada" para tomar. Según ha asegurado, la joven esta "perfectamente en sus cabales" y "sabía lo que quería" y "a lo que iban" a su casa.

Por su parte, la víctima ha afirmado que el hombre le dio "cuatro" pastillas, que se tomó por "miedo" a que le "pagase", ya que notó algo "raro", que no le "gustaba". "La sensación que tuve no fue buena", ha comentado, para añadir que perdió el "conocimiento" cuando estaban en el salón y que ya no recuerda "nada", tampoco si hubo relaciones.

Pero, en caso afirmativo, "lo más seguro es que no fueran voluntarias", ha manifestado la chica, que recuperó la conciencia "a la semana o algo más". "Tengo una semana de mi vida en blanco. No recuerdo nada", ha insistido en el juicio celebrado este martes en la Audiencia de Cantabria contra el acusado, que se enfrenta a ocho años de cárcel.

En la sesión, que ha quedado vista para sentencia, las partes han elevado a definitivas sus conclusiones y han ratificado las penas solicitadas, aunque tanto la fiscal como los abogados de la acusación particular y la defensa han puesto de manifiesto sus "dudas" en torno a lo sucedido tras escuchar el relato de la víctima.

Por su parte, en su declaración, el procesado -en prisión por estos hechos- ha explicado que conoció a la joven el día antes del supuesto abuso, que tuvo lugar el 16 de septiembre de 2014. Coincidieron en la peluquería que iba a abrir su hijastra en Baracaldo, y a la que ella se iba a incorporar como empleada.

Según la versión del hombre, la mujer le preguntó, en presencia también de su novio, si a la mañana siguiente podía recogerla en Santurce y acercarla hasta su nuevo lugar de trabajo. Y así lo acordaron ambos, pues al acusado le quedaba de paso para ir a una obra y tenía que llevar, además, a otros dos chicos.

Una vez en el coche, y cuando ya estaban solos, ha relatado que la joven le dijo que no se encontraba muy bien y que no le apetecía ir a trabajar, preguntándole si se podía quedar con él, a lo que accedió. De este modo, llegaron a su casa, en Bádames (Cantabria) sobre el mediodía y "ella sabía a lo que iban" pues todo "empezó en el coche", donde entablaron confianza en la conversación.

Una vez en la vivienda, a la que fue de forma "libre y voluntaria", el acusado ha asegurado que la chica se le "insinuó". Ha detallado que ella se tumbó en el sofá y se puso cómoda, poniendo sus pies encima de él y pidiéndole que le diera un masaje. El hombre ha negado que le diera pastillas, aunque ha reconocido que él tenía para dormir y para el dolor.

Ha proseguido que mantuvieron "varias" relaciones sexuales "siempre consentidas", ya que ella estaba "consciente". Después, él se fue a trabajar, quedando la joven en casa "despierta", tal y como la encontró cuando regresó por la noche. Durante el tiempo que permaneció en su domicilio, hasta el día siguiente, ha asegurado que la víctima -que tenía dos móviles- enviaba wasaps y habló con su madre y su novio, del que dijo estar "harta" porque era "un vago" y no tenía trabajo.

A la mañana siguiente el procesado se fue a trabajar pronto y cuando volvió por la tarde y, a petición de la pareja de la joven, que amenazó con denunciarle, accedió a llevarla a su casa. Pero cuando estaban cerca, la chica le dijo que quería regresar con él, aunque más tarde la volvió a llevar, dejándola "perfectamente" frente a la vivienda de su chico.

El procesado ha considerado que la mujer es "una persona normal" y "corriente", que "sabía lo que quería". "No tenía ninguna duda", ha remachado.

"NO ME ACUERDO DE NADA"

Sin embargo, la mujer -que ha declarado en el juicio después de otros testigos pues tenía "pánico"- no recuerda "nada" desde el momento de los hechos y durante al menos la semana siguiente. Sí se acuerda de lo que sucedió previamente.

Así, ha apuntado que la idea de ir juntos en el coche fue del acusado, porque tenía que hacer una labor de fontanería en la peluquería y se ofreció a llevar a la víctima, que así se "ahorraba el viaje" de casa al trabajo y el gasto de transporte. Sobre esto, a preguntas de la letrada defensora, la víctima ha manifestado que fue libremente en el coche del acusado, y que no la forzó a subir

Y aunque ha relatado que en el trayecto escribió "unos cuantos" mensajes a su novio para decirle dónde se encontraba y que iba a ir a la peluquería "en un rato", no recuerda -ha dicho- que su futura jefa llamara a su padrastro para preguntar por ella cuando ambos estaban en el coche.

De acuerdo con su versión, fueron a Bádames porque el hombre tenía que "ir a por algo", y aunque iban hablando durante el camino (de asuntos personales y laborales, porque él le daba "seguridad") en un momento dado se empezó a poner "nerviosa" y comenzó a "notar pánico".

Al hilo, y a preguntas de las partes, ha indicado que habló con el procesado de ir a su casa a por unas pastillas para tranquilizarse, aunque ha precisado que la idea era que solo le "diese el nombre" de las mismas. No obstante, ha aseverado que una vez allí el hombre subió al baño y bajó con "cuatro pastillas, tres redondas y una alargada". Se las dio en la mano y se las tomó "por miedo a que me pegase", porque le había notado "raro", aunque no la había amenazado ni golpeado, ha explicado.

De este modo, la joven perdió el conocimiento "en el salón" y ya no recuerda "nada" de lo que pasó durante "una semana o algo más", ni siquiera de cómo fue a denunciar los hechos. Pese a las "lagunas", tiene "un par de nociones" del hospital, donde recuerda haber visto unos "flashes" -como si le hicieran una prueba- y también decirle a su pareja que se tumbaría junto a ella.

Y aunque perdió el "conocimiento" en el salón, la chica se acuerda de que la habitación del hombre estaba en la planta superior de la vivienda "a la derecha", y que en la cama había unas sábanas "moradas".

En el juicio también ha declarado la hijastra del acusado, que ha dicho de la víctima que es una persona "normal", incluso "muy abierta, comunicativa y espontánea", aunque también "muy niñona" y "vulnerable". En todo caso, la contrató porque la consideró "apta" y "competente" o "apropiada" para la peluquería.

También ha señalado que es "normal" su novio, que ha precisado que cuando la víctima estaba con el acusado recibió un wasap que no "coincidía con la forma de ella de escribir", y ha negado que lograra hablar con su novia el día de los hechos.

Sí lo consiguió a la mañana siguiente, cuando llamó al procesado, que le pasó con la joven que tenía "voz somnolienta" porque, según le explicó el hombre, había fumado un par de porros con unas amigas que también estaban en la casa. Esto le pareció "un poco raro" porque ella no tiene conocidas en Cantabria y no la ha "visto nunca consumir" drogas. Y cuando la dejó frente a su casa, el joven ha señalado que la chica llegó "apoyada contra la pared y sin mantener la verticalidad".

Los peritos han indicado que en los análisis realizados a la chica encontraron niveles de ansiolítico y antidepresivo (ella había estado en tratamiento pisquiátrico tras la muerte de su hermano) pero "dentro del rango terapéutico", sin que hubiera habido "abuso" de ambas pastillas que, cuando una persona no está acostumbrada, la ingesta de las dos puede generar un cuadro depresivo. De igual modo, hallaron restos de semen, compatibles con los del acusado y su novio.

Los médicos que la examinaron dijeron que estaba "somnolienta" y "confusa" y que presentaba "un chupón" en el cuello. Y los expertos que la atendieron han puesto de manifiesto también que tiene una capacidad intelectual "restringida", ya que su coeficiente es "límite".

El juicio ha quedado visto para sentencia.