Beitia, a favor de que el que se dope "que lo pague" pero defiende la presunción de inocencia hasta que se demuestre

La atleta Ruth Beitia
Reuters
Actualizado: domingo, 23 septiembre 2012 16:06

Afirma que, para ella, doparse es algo "impensable"


SANTANDER, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

La atleta cántabra Ruth Beitia, campeona de Europa en salto de altura, ha asegurado que, en su caso, la posibilidad del dopaje es "impensable" y ha instado a que "el que la haga, que la pague", si bien ha defendido la presunción de inocencia de aquellos sobre los que hay sospechas pero no están demostrados.

"Es una pena ganar una medalla y que te den un trocito muy pequeño de espacio en los medios de comunicación y de una persona que se dope que salgan páginas, páginas y páginas y horas y horas y horas en los medios de comunicación. Eso es lo que fastidia, que al final vende el sensacionalismo y el deporte no es eso", ha aseverado Beitia en una entrevista en RNE.

A su juicio, los casos de posibles dopajes no tendrían que salir a la luz pública pues, hasta que no se demuestra, el propio deportista "está peleando", intentando defender su inocencia y que se trata de una confusión.

Según ha opinado, cuando el caso sale a la luz de los medios de comunicación, "lidiar con ello es muy difícil".

Para justificar su afirmación, se ha referido a la 'Operación Galgo' --que, según ha señalado, "al final quedo en nada"-- , en la que, a su juicio, a la gente supuestamente implicada "se le ha tratado muy mal".

Beitia, a la que nunca se le ha relacionado con casos de dopaje, ha asegurado que para ella resulta algo "impensable". "Yo siempre he luchado por el deporte limpio, por el antidopaje", ha afirmado la atleta cántabra, quien ha abogado a que quien se dope "que lo pague".

"Que tenga dos años fuera del mundo del deporte y si pudiesen ser tres o cuatro pues muchísimo mejor", ha afirmado Beitia, quien ha recordado que en una ocasión no pudo subir al podio en una competición internacional porque quedó cuarta y años después recibió la medalla a posteriori porque uno de los que sí subieron en aquella ocasión se había dopado.

Beitia ha explicado que le entregaron la medalla dos años después "en una acto totalmente frío", sin llevarme "el calor del público" y sin la emoción de subir al podio. "Eso duele muchísimo y cualquiera que la haga, que la pague", ha sentenciado.