Unas instalaciones propiedad de Gonzalo Alonso sirven ahora de sede a un destacamento que persigue delitos medioambientales
SANTANDER, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
La familia del biólogo español asesinado en Brasil, Gonzalo Alonso Hernández, ha denunciado que la investigación del crimen está "paralizada" en la policía del municipio de Río Claro, y que no han vuelto a recibir "ninguna noticia" ni del consulado ni de la embajada de España en Brasil, donde en su opinión están "más preocupados por guardar la apariencia de que se están haciendo las cosas bien que por que se investigue nada".
"Apoyo no tenemos ninguno", ha afirmado en declaraciones a Europa Press el abogado Jesús Alonso, uno de los hermanos del biólogo asesinado, conocido por su activismo en defensa del medio ambiente.
La familia censura que la investigación esté en punto "muerto" y no se haya autorizado la intervención de la policía federal, "la única" en la que confiaban para poder detener a los asesinos, ni que ésta haya reclamado para sí la investigación, pese a que su comisaria jefe les aseguró en su momento que asumiría el control del caso si en un "plazo razonable" la policía de Río Claro no esclarecía los hechos.
La familia del biólogo, que por el lado materno es de Santander, no tiene ya ninguna esperanza de que se esclarezca el asesinato de Gonzalo, que "simplemente ha pasado a engrosar -lamenta su hermano- la estadística de crímenes medioambientales en Brasil, como otras muchísimas personas".
De hecho, Jesús Alonso asegura que en el consulado y la embajada "no hay ninguna preocupación" por que se investigue el asesinato de su hermano y cree que "por mucho" que desde España se presione, las autoridades brasileñas "no van a hacer nada". En su opinión, el "único medio útil" para presionar a la administración brasileña han sido las manifestaciones que se han organizado en la zona tras el fallecimiento de Gonzalo.
QUE SU MUERTE "NO SEA EN VANO"
Para la familia, el único objetivo ya es conseguir que "por lo menos" su muerte "no sea en vano" y apoyar acciones que ayuden a conseguir su mayor deseo, poner fin a los delitos ambientales en el Parque Estatal de Cunhambebe, en el Estado de Río de Janeiro, donde Gonzalo, de 49 años, fue encontrado con un tiro en la nuca el pasado mes de agosto.
El biólogo, que nació en Madrid y vivió cerca de 20 años en Santander -donde residen en la actualidad la madre y otro de los cinco hermanos-, había tenido problemas con los cazadores furtivos, con los extractores ilegales de palmito y con los ganaderos que provocan incendios para ganar espacio en el citado parque nacional.
Delitos ecológicos que la policía de la zona conoce, y en los que está "implicada por acción o por omisión", ha denunciado su hermano Jesús, para quien "lo único positivo" es que la familia ha podido ceder al equivalente en Brasil del Ministerio de Medio Ambiente español, una nave que era propiedad de Gonzalo, ubicada en la misma zona donde murió, y en la que se ha instalado un "destacamento pseudomilitar" -"porque allí no se puede funcionar de otra forma", puntualiza el abogado-, dedicado a la investigación de delitos medioambientales y la protección de la zona.
Según relata Jesús Alonso, a principios de septiembre se produjeron detenciones por delitos ecológicos como los que combatía su hermano, e incluso se han desmantelado campamentos de cazadores furtivos y decomisado animales muertos y armas, pero "los delincuentes se están rearmando y reorganizando para luchar contra la policía que se ha instalado allí". "Lo que pretenden es iniciar una especie de pseudoguerra para hacerse con el control de la explotación" de esa zona, en la que "hay mucho miedo" en la población.
Gonzalo Alonso llevaba 16 años en Brasil y pertenecía al Instituto Terra y al Consejo Municipal de Medio Ambiente. Desde el primer momento, la Policía sospechó que el biólogo español fue asesinado por sus investigaciones en defensa del ecosistema local, entre otras razones por que habían robado el ordenador en el que Alonso guardaba fotos y otros documentos de sus denuncias.
