El IEO estudia la cría en cautividad de anchoa destinada a las conserveras, consumo en fresco y cebo vivo

Actualizado: viernes, 11 diciembre 2009 15:17

Según Oria, el proyecto busca dar "alternativas" al sector pesquero por el cierre del caladero

SANTANDER, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Instituto Español de Oceanografía (IEO) va a realizar un estudio sobre la cría en cautividad del bocarte o anchoa, con destino al abastecimiento de la industria conservera, el consumo en fresco y su uso como cebo vivo. La idea es mantener la garantía de calidad de la anchoa del cantábrico y abastecer al mercado de una especie que no se puede capturar en el mar desde hace cinco años.

El proyecto se enmarca en un convenio suscrito hasta el año 2012 entre el Gobierno de Cantabria y el IEO, por el que este último estudiará la viabilidad del cultivo del bocarte contando para ello con una financiación de 176.350 euros por parte del Ejecutivo.

El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación, Jesús Oria, que presentó hoy el proyecto en rueda de prensa junto con el director del IEO, Enrique Tortosa, explicó que el objetivo es disponer de una técnica que permita la obtención de ejemplares de bocarte de tamaño y calidad "adecuado" para su uso en la industria conservera y como sustituto del cebo vivo salvaje, destinado a pesquerías de otras especies, principalmente túnidos.

Con ello, se intenta solucionar los problemas derivados de la suspensión de la costera de la anchoa, vigente desde el año 2005, y buscar "alternativas" para el sector pesquero, dijo. Confió, no obstante en que el caladero se pueda recuperar, como viene haciendo, sobre todo este último año, pero "hay que buscar otras posibilidades", reiteró.

Al respecto, el director del IEO señaló que la acuicultura y la pesca "no son incompatibles, sino todo lo contrario", y afirmó que esta investigación va a ser siempre "útil", con independencia de lo que ocurra con esta pesquería, ya que en cualquier caso habrá "más conocimiento" sobre esta especie".

En este sentido, confió en que de aquí a tres años se tenga en marcha una tecnología que produzca unas "innovación importante" en todo lo que gira alrededor del bocarte.

La cría del bocarte ya se ha demostrado como posible; de hecho, en centro del IEO en Santander cuenta con ejemplares de esta especie, capturados en el mar, que viven perfectamente en cautividad alimentándose del pienso elaborado por el propio laboratorio.

Estos animales forman parte del proyecto que el IEO de Santander, el Instituto Vasco de Investigación Marina (AZTI), el Acuario de San Sebastián y la Universidad de Oviedo están llevando a cabo para caracterizar genéticamente este especie.

Según explicó el investigador principal del estudio, Carlos Fernández Pato, la posibilidad de cultivo parece estar "contrastada" a tenor de la experiencia realizada en el Acuario de San Sebastián.

Conseguir mantener la calidad de la anchoa del cantábrico y su "marca" es un punto fundamental del proyecto. De esta forma, en tres años se podrá contar con un bocarte criado en cautividad que sirva para el salazón y cuente con la misma calidad que el que se encuentra en estado salvaje, ya que el proyecto incluye un análisis bioquímico de la composición de la anchoa que se encuentra en el mar para que la cultivada tenga los mismos ácidos grasos, proteínas y textura.

Este bocarte no tendrá parásitos, pero será necesario asegurarse de que mantiene la viabilidad genética, que incluso permita en el futuro repoblar la pesquería del Cantábrico. Esta posibilidad es en estos momentos remonta, según los especialistas, y debería afrontarse conjuntamente con las comunidades autónomas y países implicados en esta pesquería en el golfo de Vizcaya.

Al respecto, Fernández Pato explicó que se contará con tecnología para repoblar, de forma que una pesquería que es "fluctuante" puede ser "estable", pero el Golfo de Vizcaya es "demasiado grande", dijo. En cualquier caso, es una decisión que debe ser objeto de un acuerdo político y social.

Además, sería necesario tener los conocimientos genéticos suficientes para que con los pescados que se echen al mar se garantice la diversidad genética y no se perjudique a la población salvaje. Por ello, la repoblación debería hacerse "con todas esas precauciones", advirtió, aunque matizó que el hecho de que exista esa posibilidad no implica que ahora se plantee.

APERTURA DEL CALADERO

Sobre la posible apertura del caladero de la anchoa a principios del 2010, Tortosa señaló que en estos momentos hay datos que apuntan a una evolución "positiva" de la especie, pero la apertura "tiene un riesgo", porque "nunca hay un riesgo cero o un riesgo cien". Al respecto, precisó que la labor de los científicos es informar cobre los datos de que disponen y la de las administraciones tomar la decisión.

En este sentido, el director del Centro Oceanográfico de Santander, Pablo Abaunza, matizó que ahora se cuenta con una valoración de las campañas de reclutamiento, que han dado una señal "más positiva" que las anteriores. Añadió que si la evolución es normal, la situación será "más favorable", pero hay un riesgo de que eso "no sea así".

Explicó que se dispondrá de un mayor conocimiento con las campañas que se producen en mayo, que son las que se valoran. "Tenemos esa ventana de tiempo que no sabemos lo que va a ocurrir", dijo.

Oria por su parte destacó que la Unión Europea tiene en cuenta sobre todo los informes científicos a la hora de tomar una decisión sobre la apertura o no de la pesquería.