Miguel Ángel Revilla
GOBIERNO DE CANTABRIA
Actualizado: jueves, 12 octubre 2017 8:33

El presidente de Cantabria asegura en el Ateneo de Madrid que el Gobierno "tendrá que actuar" frente a quienes "han vulnerado la legalidad"

MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha pedido este miércoles "racionalidad" frente a la "visceralidad" que impera ante la situación que vive Cataluña, un territorio que "tiene que seguir siendo España", porque "es bueno" para el país y "bueno para ellos".

"Cataluña es una de las regiones más ricas de Europa, con mayor PIB que la mitad de los lánders de Alemania, tan mal no les ha ido con España". Así se ha pronunciado el jefe del Ejecutivo cántabro durante la conferencia que ha pronunciado en el Ateneo de Madrid, en la que ha detallado su visión sobre el problema catalán, que ha atribuido a "unos señores que han vulnerado la ley de manera flagrante".

A su juicio y "por más que haya quien lo justifique, nadie puede discutir" que los dirigentes de la Generalitat, "apoyándose en la Constitución que les ha permitido tener la autonomía y acceder
a sus cargos", han actuado "en contra de la ley, a la brava, saltándose todas las normas y perjudicando a mucha gente que es respetuosa con la legalidad", por lo que el Gobierno de España "tendrá que actuar", en opinión de Revilla.

Revilla ha considerado "muy grave" la situación y ha opinado que la tienen que solucionar quienes han recibido los votos de los ciudadanos, sin la intervención de mediadores externos, ya que eso sería "un fracaso muy grande y una dejación de competencias".

Además, ha advertido que "ningún país serio" va a apoyar las pretensiones independentistas, y mucho menos la Unión Europea, porque si lo hicieran surgirían movimientos similares en otros lugares y "adiós Europa".

Durante su intervención, Revilla ha repasado las causas que en su opinión han conducido a la situación actual y se ha referido en primer lugar a la crisis económica iniciada en 2007, ya que propicio que "afloraran" problemas que hasta entonces habían pasado "desapercibidos" y dio lugar a las "tentaciones".

"La crisis trae como consecuencia el rebrote de los nacionalismos, que tienen la tendencia lógica de echar la culpa a otros", ha explicado el presidente, para quien esta situación "no se hubiera dado en épocas de bonanza".

También ha responsabilizado al Partido Popular, por promover el recurso que derivó en la inconstitucionalidad del Estatuto catalán aprobado en 2006, el cual -ha recordado- "no hablaba ni de independencia, ni de nación y técnicamente tenía las mismas competencias que el andaluz, que no le recurrió nadie".

Aquel movimiento y la posterior sentencia del Tribunal Constitucional derivó en "un cabreo" que fue dando lugar a un "descontento creciente" y al incremento del apoyo popular al movimiento independentista, alentado por "la crisis, la propaganda" y la tendencia "pasota" que durante años ha mantenido Mariano Rajoy al frente del Gobierno español ante "un problema muy gordo".

Antes de referirse a la situación de Cataluña, el presidente cántabro ha reivindicado la fortaleza de España como "un país que merece la pena" y "no se merece lo que está pasando", después de haber sido "un ejemplo para el mundo" por llevar a cabo la transición de la dictadura a la democracia "en el menor tiempo y con menores traumas y costes".

También ha aludido a la desafección de la ciudadanía hacia la política, propiciada por el descontento generalizado surgido a raíz de la crisis económica y alimentada por los escándalos de corrupción que se han sucedido en los últimos años, al tiempo que ha abogado por combatirla poniendo fin a "abusos y privilegios" como los paraísos fiscales, el aforamiento de los políticos o la politización de la justicia.

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