¿Qué eran las corridas de gallos?

Celebración de las cintas en Pedrajas de San Esteban (Valladolid)
PEDRAJAS.NET

VALLADOLID, 26 Feb. (EUROPA PRESS) -

Durante generaciones, numerosos pueblos castellanoleoneses celebraban, en muchos casos durante las fiestas de Carnaval, una competición en la que participaban sus jóvenes y que en la mayoría de los casos recibían el nombre de corridas de gallos.

Actualmente, esta festividad ha desaparecido en su forma original por su crueldad y se ha adaptado a los nuevos tiempos, o bien se han dejado de celebrar, pero ¿en qué consistían estas corridas de gallos?

Tal como recogen algunos estudios como la Fundación Joaquín Díaz, al margen de la particularidades propias de cada municipio, por lo general en estas fiestas participaban los jóvenes de la localidad que ese año integrarían las quintas del servicio militar --de ahí que sean calificados como quintos--, los cuales debían o bien decapitar o bien golpear hasta darle muerte a un gallo colgado de una cuerda a lomos de cabalgaduras.

Salvo excepciones, eran las fiestas de Carnaval, principalmente el martes, el momento para su celebración, tras la que las aves muertas servían de banquete para los mozos, los cuales financiaban el resto de la comida con los aguinaldos y propinas que durante los días previos recaudaban por las calles del pueblo. Estas corridas, además, se celebraban en medio de un ambiente distendido y de esparcimiento en el que solía implicarse toda la localidad con bailes y música.

Aunque este tipo de festejo se extendía por gran parte de la geografía nacional, en Castilla y León tenía una importante presencia en municipios de la provincia de Zamora como Villalba de la Lampreana; de la de Soria como La Higuera y Casarejos; de Ávila como San Juan de la Nava, o de Burgos como Poza de la Sal, Mecerreyes, El Almiñé, Sotoscueva, Prádanos de Bureba, Castrojeriz, Gamonal --antes de integrarse en la capital en 1955--, La Gallega, Atapuerca, Palazuelos de la Sierra, Cubillo del César o Santo Domingo de Silos.

Con el tiempo estos festejos se perdieron y en la actualidad aún se conservan con modificaciones en las que los gallos han sido sustituidos por piñatas o cintas que los quintos --que han pasado de estar formados sólo por varones a incluir tanto a los hombres como a mujeres de la misma edad-- golpean para llevarse su trofeo, algo que ocurre, por ejemplo, en el municipio vallisoletano de Pedrajas de San Esteban. No obstante, algunos lugares de Latinoamérica como el norte de Chile todavía acogen estas corridas en su forma original.