LLEIDA, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las campañas de excavación del Canal Segarra-Garrigues han puesto al descubierto un cráneo de un gran carnívoro de hace 33 millones de años probablemente, según indican los primeros análisis, del género 'amphicyon', que era conocido como 'oso-perro', ha informado la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Esta intervención paleontológica ejecutada en Tàrrega (Lleida) la ha financiado la sociedad estatal Aguas de la Cuenca del Ebro, (AcuaEbro), dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y responsable de las obras del Canal Segarra-Garrigues, y ha contado con la participación y asesoría del Servicio de Arqueología y Paleontología de la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat de Catalunya.
El hallazgo se realizó en el pueblo de Talladell, en Tárrega, donde ya existían dos importantes yacimientos del Oligoceno.
Los trabajos se han realizado en dos fases: la primera de ellas, realizada por la empresa Geoterna, dirigida por el paleontólogo Xavier Ros; la segunda, por la empresa Fossilia, bajo la dirección de Elisabet Blayà, y ambas contaron con la supervisión de la Dirección General de Patrimonio.
Junto con el cráneo, sobre el que ahora continuarán los estudios para valorar en detalle su importancia, se han encontrado restos fósiles de mamíferos, reptiles y plantas.
En este mismo tramo se han ejecutado tres intervenciones arqueológicas a cargo de la empresa Iltirta SL, sobre asentamientos que comprenden desde el Neolítico a la Época Visigoda.
El yacimiento de La Rosella es un hábitat rural de época tardo-ibérica fechado entre el siglo II y el siglo I a.C., y sus restos corresponden a una batería de al menos cuatro viviendas contiguas que responden a un esquema modular, y un campo de silos en sus proximidades, además de otras estructuras arqueológicas, como cisternas, fosas y hogares, asociadas al asentamiento.
Por su parte, el yacimiento de La Fogonussa se encuentra en Sant Martí de Riucorb, y en él se han encontrado restos de diferentes épocas como una necrópolis romana, balsas de época íbera y restos arquitectónicos de la época visigoda.
En la última parte del tramo, en el término municipal de Maldà, se halló el yacimiento de La Cantorella, y los restos encontrados se han fechado en dos períodos, el neolítico final y el Bronce inicial.
