Foto: EUROPA PRESS
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BARCELONA, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
La exposición itinerante 'Dones. Afganistan', con fotografías de Gervasio Sánchez y textos de Mònica Bernabé, muestra en el Palau Robert "historias de violaciones flagrantes de los derechos humanos" que viven las mujeres afganas en su cotidianidad.
La Associació per als Drets Humans a l'Afganistan (ASDHA) ha impulsado y coordinado el proyecto, cuya muestra podrá verse a partir de este jueves y hasta el 15 de febrero, financiado por el Ayuntamiento de Barcelona y con el apoyo de la Generalitat, y que cuenta también con un libro de gran formato y un espacio de diálogo y conferencias.
Las ponencias tendrán lugar este martes, miércoles y jueves, y contarán con la presencia de dos protagonistas de la exposición: la política afgana Azita Rafaat y la abogada Saija Behgam, según han anunciado en la presentación el director general de Atención Ciudadana y Difusión, Ignasi Genovès, y el Comisionado de Relaciones Internacionales y Cooperación del ayuntamiento, Joaquim Llimona.
'Dones. Afganistan' es el trabajo conjunto de seis años entre Sánchez, periodista y fotógrafo especializados en conflictos armados, y Bernabé, la única periodista española que se encuentra de forma continuada en Afganistán, que ha producido la exposición gracias a su experiencia en el país, en el que lleva viviendo 8 años.
Los autores han querido mostrar la violencia endémica y estructural, un problema social potenciado por la guerra, que sufren las mujeres en un país que Sánchez ha definido como "durísimo, donde en algunas zonas hay que tener en cuenta la seguridad", y donde es extremadamente complicado un trabajo de fotografía y denuncia social.
Bernabé ha explicado que culturalmente está considerado una ofensa fotografiar una mujer (y mucho más si el fotógrafo es un hombre), lo que apunta como "una forma de ocultar la realidad".
Aún así han podido captar imágenes de mujeres en manga corta en una boda --que celebran en habitaciones separadas--, de chicas en hospitales con los cuerpos quemados tras inmolarse "a lo gonzo", como denuncia ante un matrimonio forzoso, y sobretodo recopilar las historias de todas las niñas casadas contra su voluntad por sus familias, o mujeres que al divorciarse han perdido para siempre la custodia de sus hijos.
UNA VIOLENCIA ESTRUCTURAL
Bernabé y Sánchez han criticado que, a pesar de que ha habido una mejora tras la salida de los Talibanes, y hay niñas y chicas en los institutos y universidades o practicando deportes considerados masculinos, solo se trata de un "oasi" que ocurre en ciertas familias de clase media --un 80% de la población vive en el campo, donde la violencia y la pobreza se acentúa-- y que se acaba en su intimidad, donde la tradición es muy fuerte, o al ser adultas.
"Hemos visto menores cuyos ojos cuentan el abismo de dolor que han vivido, pero lo que menos he podido aguantar es el cinismo y la prepotencia de los gobernantes internacionales, cuyos proyectos millonarios me parecen un fracaso absoluto", ha denunciado Sánchez, revelando una gran hipocresía mundial perpetrada por los medios de comunicación.
Los autores han señalado los gobiernos de Estados Unidos y Europa como culpables de financiar el régimen político afgano, que perpetúa una impunidad generalizada sin aplicar las leyes en casos de violencia --mecanismos para aparentar apertura-- y que incluye "dos criminales de guerra como vicepresidentes", dos señores de la guerra colocados por los EEUU como compensación por el apoyo en su lucha contra los Talibanes--.
