Jon Zabala, abogado del estudiante que apuñaló a cinco personas en Lleida en 201
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 1 marzo 2017 15:57

Un perito de los Mossos relaciona las agresiones con la xenofobia

LLEIDA, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los forenses que atendieron al estudiante de medicina logroñés Alejandro R.V., que el 22 de septiembre de 2014 apuñaló en Lleida a un paquistaní, una argelina, un peruano, un chino y un español, y después prendió fuego en su propio piso, han descartado este miércoles en el juicio que sufriera trastornos delirantes o psicóticos.

Los dos forenses que vieron al joven en los juzgados después de haber pasado por el Hospital de Santa María han recordado también que los médicos que le asistieron en el centro sanitario constataron que su lenguaje era coherente y no detectaron alucinaciones ni alteraciones de pensamiento, lo que no es compatible con un trastorno delirante.

Han añadido que tampoco los médicos de la cárcel detectaron ninguna enfermedad mental y han desvelado que el joven no quiso que le reconocieran cuando fueron a verle a la prisión, un momento en él que demostró, según uno de los forenses " una actitud de arrogancia y superioridad y frialdad afectiva".

Otro dato que a juicio de uno de los especialistas demuestra que no tiene una enfermedad mental es que una vez ingresó en la cárcel es que readaptó su vida tras darse cuenta de lo que había hecho: "Tenía proyectos de futuro, había estudiado hasta cuarto de medicina, sabía que no podría ser médico y se había readaptado pensando en estudiar Derecho a distancia".

El perito de los Mossos de la Unidad de análisis y estrategias basándose en antecedentes policiales, judiciales, en su relación con la organización de extrema derecha Nueva Época de Logroño y el material del registro de su vivienda ha relacionado al joven con la ideología nazi y ve xenofobia en las agresiones.

El abogado de la defensa, Jon Zabala, ha destacado que el psiquiatra y el psicólogo clínico que han declarado a petición suya sostienen que el joven sufre un trastorno paranoide de la personalidad y delirios graves "que le anulaban completamente su voluntad".

"Cuando esos brotes disminuían Alejandro podía ser una persona completamente normal que no le afectaba ni a su vida académica ni cotidiana y el brote del 22 de septiembre disminuyó con las lesiones en los pies que se había producido al huir en chanclas", ha afirmado el letrado.

Para el letrado es fundamental la declaración de los psiquiatras de urgencias que le vieron en un primer momento porque advirtieron que había que ingresarlo en un centro penitenciario psiquiátrico por tratarse de un enfermo muy complejo.

El juicio acaba este jueves, con las conclusiones de Fiscalía, que inicialmente reclamaba 81 años de cárcel, las de las acusaciones particulares que piden 86 y la defensa que sostiene que a su representando no se le puede imputar por padecer un trastorno paranoide de personalidad.

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