BARCELONA, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
El grupo bodeguero familiar Roqueta Origen prevé crecer este 2015 un 4% y facturar 18,2 millones de euros, frente a los 17,5 millones del año pasado, lo que supuso, a su vez, un crecimiento del 1,5%, todo ello con el foco puesto en la entrada de países emergentes como Filipinas, Malasia e India, además de Canadá.
En una entrevista de Europa Press, el director general de Roqueta Origen, Ramon Roqueta, ha explicado que, según el balance de este primer semestre, todo apunta a que se superarán estas previsiones, en parte también gracias a la exportación, que ya supone un 46% de las ventas.
La historia de Roqueta Origen se remonta a 1199, fecha de la masía familiar ubicada en Avinyó (Barcelona) donde los antepasados de la familia Roqueta empezaron a trabajar la viña.
El grupo bodeguero está integrado por cuatro bodegas: Abadal (Do Pla de Bages), Lafou Celler (Do Terra Alta), Crin Roja (Vino de la Tierra de Castilla) y Ramon Roqueta (Do Catalunya), la marca más exportada de las cuatro --50 países-- y la que tiene más recorrido.
Roqueta Origen, que cuenta con 120 hectáreas propias y una plantilla de 70 personas, exporta sus vinos a países como Holanda, Suiza, Alemania, Estados Unidos, México, Brasil, Japón, Corea del Sur y China: "Queremos consolidar esta red porque creemos que todavía tenemos recorrido. Queremos sembrar para recoger".
KM 0
Pese a que el peso de los mercados exteriores cada vez es más notable, el director general de Roqueta Origen ha defendido también la importancia del mercado doméstico por la apuesta del consumidor por el kilómetro cero --Catalunya, Baleares y Levante suponen el 85% de las ventas en el mercado español, aunque los productos del grupo también se distribuyen en otras zonas como Madrid y Canarias--.
Roqueta Origen se ha lanzado al enoturismo, una actividad disponible en Abadal y Lafou Celler que cada año atrae a más de 4.500 personas que quieren pisar viñedo, catar vinos y probar nuevos maridajes.
Actualmente la familia trabaja en lanzar al mercado unas botas de vino que tienen unos 70 años de antigüedad y que se guardaron en los bajos de la Masia Roqueta, un proyecto que podría vez la luz en 2016.
