CEUTA, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -

La consejera de Hacienda del Gobierno de Ceuta, Kissy Chandiramani (PP), "apoyará" desde una posición de "prudencia" a Melilla en su voluntad de acelerar los pasos para solicitar al Ejecutivo de la Nación que tramite ante las instituciones comunitarias una solicitud formal de entrada en la Unión Aduanera europea.

"Queda un camino importante por recorrer y tenemos que saber qué situación nos vamos a encontrar, qué ganaríamos y qué perderíamos", ha advertido después de que el presidente melillense, Juan José Imbroda (PP), haya anunciado que quiere completar en marzo todos los trámites.

En declaraciones a los periodistas, la consejera ha indicado que Ceuta "irá de la mano" de Melilla, pero también que "habrá que valorarlo con todos los actores que forman parte del entramado económico de la ciudad, y estaremos pendientes a las conversaciones que la ciudad hermana mantenga con el Gobierno de la Nación y con la Comisión Europea".

La Asamblea de Ceuta aprobó en diciembre de 2011 por unanimidad un pronunciamiento favorable a la integración de Ceuta en la Unión Aduanera europea "de conformidad con los términos al respecto expresados en las conclusiones de la Comisión Mixta Congreso-Senado" que, tres meses antes, había prescrito que sólo se hiciese "siempre que se mantengan y actualicen el resto de peculiaridades fiscales", y sin "perjudicar el mantenimiento de actividades amparadas en la actual condición de territorio franco".

Dos años después, en noviembre de 2013, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas (PP), pactó con el por aquel entonces secretario de Estado para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo, paralizar esa aspiración. "Es necesario lograr un amplio consenso, analizar muy bien los pros y los contras y recordar que el cambio de estatus exige unanimidad en el Consejo de Europa", advirtió al Ejecutivo local.

En 2008, el Gobierno ceutí recibió un informe sufragado por la Cámara de Comercio sobre las ventajas e inconvenientes de la entrada de Ceuta en la Unión Aduanera en la que su autor, el catedrático Joaquín Aranda, advirtió de que "la integración tiene una elevada componente política en la que, quien corresponda, tendrá que valorar el impacto en las relaciones con Marruecos, que no aceptaría fácilmente y sin compensaciones esta situación". "Es un hecho para la reflexión y sobre el impacto potencial en cuanto a la generación de posible mayor incertidumbre en la ciudad a menos que la cuestión se solventara con rotundidad claridad", avisó.

Para Aranda, en términos económicos, con la entrada en la Unión Aduanera "sería fundamental conseguir dos hechos concretos: la calificación de comercial de la actual aduana con Marruecos, lo que permitiría el paso de mercancías que actualmente no se puede realizar y, en segundo lugar, pero no menos relevante, conseguir que los residentes en la UE pudieran pasar con toda fluidez" por la frontera del Tarajal.

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