Más allá de una crema

Laboratorio para la elaboración de cremas/Clarins
LABORATORIO PARA LA ELABORACIÓN DE CREMAS/CLARINS
Actualizado: jueves, 2 febrero 2017 8:59

   MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -

   Suena el despertador, te levantas de la cama y lo primero que haces es echar mano de tu crema hidratante para sentir tu cara especial, con la cara tersa, suave y radiante, ya estás en condiciones tomarte un café, sentarte a leer la prensa o escuchar la radio y prepararte para un nuevo día.

   Esta acción es normal en nuestro ritual diario tanto por la mañana como por la noche tanto para ellos como para ellas. Pero, nos hemos parado a pensar en algún momento, ¿qué hay detrás de este producto tan familiar que nos ayuda a vernos mejor por la mañana y cuidarnos día a día?

   En otro tiempo, nuestras madres y abuelas, llegaban a fabricar los productos de forma natural, con plantas que ellas mismas recogían y con las que elaboraban sus productos de cuidado.

   Y aunque este proceso puede parecernos muy antiguo e incluso podemos estar convencidos de que la fabricación de los elixires de belleza hoy en día está completamente mecanizada, lo cierto es, que la realidad no dista mucho de lo que hacían nuestras antepasadas.

Las cremas que se encargan de cuidar nuestra piel y conseguir efectos tales como el rejuvenecimiento o el fin de la grasa y los puntos negros, tienen detrás una gran labor de investigación para descubrir los activos necesarios, para evaluar la toxicología de las propiedades y especialmente conseguir que la calidad y la textura del producto sea buena.

   Este proceso hace que los equipos dermocosméticos de las firmas tengan que estudiar muy de cerca la naturaleza, que es la principal fuente de propiedades de las cremas, y de esta forma se descubran componentes como las auxinas, que están presentes en el tallo del girasol y que garantizan firmeza y flexibilidad aplicable a nuestros rostros. Lo mismo ocurre con la lapsana que aporta antioxidantes, la harungana que suaviza las arrugas o el kalanchoe que auto-hidrata la piel.

   Como oos comentábamos, el descubrimiento de estas propiedades ha hecho que los biólogos investiguen y viajen por todo los continentes, en búsqueda de las propiedades más beneficiosas para la piel humana.

   Sabiendo que la sociedad está cada vez mas concienciada con los derechos humanos, empresas como Clarins cuidan cada vez más el proceso de fabricación y deciden invertir, tanto en maquinaria que respeta el medio ambiente a la hora de la extracción, como en estudios que garanticen la sostenibilidad de la planta antes de extraer los principios activos. Y no solo eso, sino sobre todo que a la hora de adquirir activos en países en vías de desarrollo, lo hacen por encima de su valor e invierten este dinero sobrante, en financiar proyectos sociales en países como Madagascar, Vietnam además de construir escuelas e invertir en formación profesional local.

   La filosofía de la firma reúne todos estos principios, ideas como respeto por la naturaleza y por los habitantes de los países originarios de materia, son la base de su producción. Pero estos conceptos respetuosos con el medio ambiente y las personas no son nuevas, sino que desde su fundación en 1954 han invertido y trabajado para conseguir que sus productos respeten a la vez que tengan calidad. Como muestra un botón, sus aceites fueron los primeros 100% puros extractos de plantas y continúan vendiéndose en la actualidad.

   Y es que Clarins se inspira en la inteligencia de la naturaleza para progresar de manera sostenible. Una vez extraídos los principios activos, el proceso en el laboratorio es largo, pero gracias a la gran inversión en tecnología, consiguen que el proceso se realice en un periodo que va desde los 20 minutos hasta las 2 horas. Sus laboratorios cuentan con tres zonas donde llevan a cabo el proceso de elaboración: la sala que trata la bioquímica, el espacio para la biología molecular y la sala del microscopio.

   El último paso es comprobar los alérgenos y eliminar o aislar las enzimas y atender a cada tipo de piel. Para ello se recrea el fenómeno de oxidación del tubo en el que se va a comercializar y así se comprueba si los extractos son capaces de potenciar o inhibir las actividades específicas, aparte de que la fórmula final pasa diversas pruebas de seguridad y eficacia, hablando en cifras, el proceso y el conjunto de pasos transcurren en 18 meses, el mismo tiempo que estudia un opositor para el MIR, increíble ¿no?

   Como hemos podido ver, el proceso es largo y costoso, pero respetuoso con los derechos del ser humano y la naturaleza y sobre todo, los productos también tienen como objetivo cubrir las necesidades planteadas por las usuarias que como tú, cada día tienen en su crema un gran aliado.

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