'Judas Priest' hace vibrar a Madrid al ritmo de 'heavy metal'

Actualizado: lunes, 27 julio 2015 11:16

   MADRID, 27 Jul. (CHANCE/SIMÓN MORENO) -

   Sin duda alguna el nombre que seguirá sonando en mi cabeza después de este concierto de Judas Priest es Richie Faulkner. Ha pasado de ser un guitarra segundón escondido tras su instrumento en la gira Epitaph, a ser realmente uno de los motores de la banda.

   Ahora se desenvuelve en el escenario como si hubiera sido un miembro más del grupo toda su vida. Lejos de amedrentarse por ocupar el puesto de KK Downing, tira del carro e incluso se lanza a hacer un solo con mucho feeling en You`ve Got Another Thing Comin. Sinceramente, un diez para el Señor Faulkner.

   No me asusté al ver a Rob Halford entrando en el escenario con un bastón porque sabía que estaba haciendo esta broma en la gira que están realizando pero, a pesar de la gracieta, se ve que los años pasan. Los años pasan y se le nota físicamente, pero su voz sigue estando donde tiene que estar. Otro diez para el Señor Rob Halford.

   Sin desmerecer lo dicho de Halford y Faulkner, Judas Priest lo dio todo en el auditorio Miguel Rios de Rivas Vaciamadrid. Se me saltaban las lagrimas al oír el principio de Victims Of Changes y mis pies machacaban el suelo cuando empezó a sonar Painkiller. Metal Gods, Devils Child, Turbo Loveruna master class de cómo se hace heavy metal. A nivel escénico no hubo un gran despliegue de medios (tampoco lo necesitan) pero, eso sí, no faltó el paseo de Halford en su Indian cuando sonaban los primeros acordes de Hell Bent For Leather.

   En la parte negativa, me defraudó la versión que realizaron de Jawbreaker. Si el bajar el tempo de la canción era un experimento, por mi parte, lo considero fallido. Además de esto, no puedo decir nada “mejorable” del concierto en líneas generales; los de Birmingham estuvieron al nivel de lo que se esperaba de ellos y dieron un espectáculo para recordar.

   Tenía una espina clavada desde la última actuación en la cubierta de Leganés y, parcialmente, me la he sacado. De aquella ocasión no tengo nada malo que decir de Judas pero la acústica del recinto echó por tierra todo el concierto. Desafortunadamente, en esta ocasión de Rivas, tengo que dar una nota negativa al técnico de sonido. El auditorio Miguel Rios ha acogido otros conciertos y festivales y, en general, la acústica es buena pero esta noche, ha sido una de las peores en lo que a calidad de sonido se refiere. Desde luego, sonó mejor que la cubierta de Leganés (esto es relativamente fácil) pero no llegó al nivel que se puede conseguir en este auditorio.

   Respecto a las bandas que compartían cartel con Judas, Krokus, con la reunión de antiguos miembros que formaron parte de la banda en algún momento de sus cuarenta años de historia, sonó muy bien (tanto por ellos mismos como el sonido en sí mismo). Se volcaron y se notó que tenían realmente ganas de tocar, por eso se han vuelto a reunir, para seguir deleitándonos con su hard rock y sus grandes clásicos como Easy Rocker o Hellraiser. A continuación, con Helloween empezó a vislumbrarse la falta de destreza del técnico de sonido pero se metieron al público en el bolsillo. Andi Deris, chapurreando castellano, movilizó al auditorio sobre todo, cuando sonaron Future World y I Want Out.

   En general, la velada de heavy metal cumplió las expectativas sobradamente. Solo un último apunte sobre el auditorio Miguel Rios; es un recinto muy adecuado para eventos de esta magnitud y, llegado el caso, habilitando la zona del recinto ferial, para festivales como ya se ha comprobado en otras ocasiones (en esta localización se han celebrado ediciones del Sonisphere y el EnVivo).

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