MADRID, 27 Feb. (CHANCE) -
Los looks de la alfombra roja de los Oscar de esta 89 edición ha sido más descafeinada que nunca. Sin vestidos de princesa con los que soñar, tampoco otros con escotes de vértigo de los que quitan el aliento, pero sí hay una tónica que se ha repetido una y otra vez: el triunfo del weeding style, esas famosas que estuvieron en el teatro Dolby con unos looks que bien podrían haber sido el vestido de cualquier novia para darse el sí quiero. O el modelito perfecto de reina de las nieves, según se mire.
De las más recatadas, como Isabelle Huppert, a las más sexys, como la modelo Chrissy Teigen, repasamos los looks que vimos sobre la red carpet que bien podrían haber hecho el camino al altar.
Karlie Kloss fue una de las más elegantes de la noche gracias a su Stella Mccartney de estilo minimalista que recordaba a otro de los vestidos más icónicos que hemos visto pisar por la alfombra roja, el de Gwyneth Paltrow en 2012 con un Tom Ford blanco. Casi tan sencilla como ella fue Isabelle Huppert, que estaba radiante con un diseño de Armani Privé de manga larga.
Como princesas de cuento se vistieron Sofia Carson, con un vestido palabra de honor con bordados dorados que firmaba Monique Lhuillier, y Aulii Carvalho, que se enfundó muy vestido muy similar pero con menos volumen, mientras que Octavia Spencer apostó todo al gris con un Marchesa con falda de plumas. Felicity Jones fue de las pocas que optó por el largo midi y en este caso además de wedding style también apostó por la tendencia bailarina con su Dior Couture de tirantes.
Pero también hubo looks muy sexys, como el de la modelo y esposa de John Legend que estaba impresionante con un Zuhair Murad con escote en la espalda, transparencias en el pecho y abertura lateral en la falda a lo Angelina Jolie.
Mucho más naif fue el Raph & Russo de Hailee Steinfeld con sus flores bordadas en sitios estratégicos y con el que insinuaba que no llevaba ropa interior. Arrebatadora estaba Olivia Culpo con un Marchesa con escote que se ceñía a su figura como si se tratara de un guante. Y ninguna de ellas perdió la elegancia, que eso no siempre se consigue.
