MADRID, 25 Jun. (CHANCE) - Una auténtica fiesta que celebraba la carrera de Alejandro como uno de los artistas españoles más importantes del mundo y que llegó a su fin entre fuegos artificiales y lágrimas. Ante la amenaza de que terminase en lluvia al final lo único que se precipitó fue el confeti y la increíble emoción de presenciar uno de los conciertos más importantes del año.