MADRID, 22 Jun. (Por Irene Díaz) -
Radiante a los cuarenta años, solo le falta una cosa para ser plenamente feliz: Ver a su marido Finito de Córdoba fuera de los ruedos. Tras diez años de matrimonio y con dos hijos en común, a la presentadora se le hace cada vez más difícil asumir que su marido se juegue la vida delante del toro.
Este verano la familia volverá a adaptar sus vacaciones a las fechas del torero que, inmerso en plena temporada, no ha podido estar junto a su mujer el día de su cumpleaños. Los pequeños de la familia, Lucía y Juan Rodrigo, crecen felices junto a su madre que teme cada día más las ganas que el pequeño tiene ya, a sus tan solo cuatro años, de seguir los pasos de su padre.
- Cuéntanos Arancha, ¿cómo has celebrado tu cuarenta cumpleaños?
- En casa en familia, mi marido estaba toreando y no pudo estar a mi lado ese día. Es una barrera muy significativa, tiene sus inconvenientes pero también va acompañada de mucha plenitud.
- ¿Te preocupa el paso del tiempo?
- Por ahora no, me siento bien y espero llevarlo con dignidad.
- ¿En qué estás ahora inmersa?
- No, ahora mismo estoy centrada en mis colaboraciones como imagen y ando pendiente de un programa de televisión que ya veremos si cuaja o no porque el panorama televisivo no está especialmente bien.
- ¿Cómo se presenta el verano?
- Muy movido la verdad, con mi marido todavía en activo esta es una época plena de temporada así que nos desplazaremos adaptándonos a su agenda.
- ¿Tienes ganas de que se retire?
- Muchas, con el tiempo cada vez lo llevo peor.
- ¿Se ha puesto fecha para dejarlo?
- No, él se siente torero y aunque ha ido cerrando menos compromisos conforme han ido pasando los años, dejar los toros es algo que no está en su mente.
- Al menos acepta que le hables del tema...
- Se habla pero no en profundidad.
- Y los niños, ¿quieren seguir su camino?
- Espero que no, el niño tiene toda la pinta pero solo tiene tres años, cumple cuatro este verano, y espero que cambie de opinión.