MADRID, 15 Ago. (CHANCE) -
El pasado mes de enero la vida de Kiko Hernández cambiaba para siempre. Llegaban a su vida Abril y Jimena convirtiéndolo en padre por gestación subrogada y cumpliendo así su gran sueño. Aunque el nacimiento prematuro de sus hijas al principio convirtió su sueño en una auténtica pesadilla por la horrible preocupación, ahora el colaborador de Sálvame es un hombre feliz y completamente nuevo.
SU TRABAJO YA NO ES SU PRIORIDAD
Kiko había presumido en muchísimas ocasiones que vivía prácticamente para su trabajo y su silla en Sálvame era su gran pasión. El colaborador no solamente asistía casi a diaria, colaborando también en Sálvame Deluxe, sino que al llegar a su casa continuaba trabajando intentado recavar información y contrastando sus famosas bombas. Además, trabajaba también haciendo entrevistas para la revista ¡Qué me dices! y tuvo su propio programa en el que oficializaba bodas.
Pero las cosas han cambiado y mucho para Kiko, tras volver al programa de Telecinco solamente acude tres días por semana y todavía no ha pisado como colaborador Sábado Deluxe, centrando todo su tiempo libre en sus hijas, las que ahora se han convertido en su verdadera prioridad y sobre todo, su primera preocupación.
DE HOMBRE DURO A TIERNO
Kiko siempre se ha caracterizado por ser uno de los colaboradores más herméticos y duros del plató de Sálvame, sin embargo el nacimiento de sus hijas ha conseguido que Kiko muestre su imagen más tierna. El colaborador no solamente ha confesado su gran miedo, que les pase algo. Sino que ha mostrado su otra cara, llegando incluso a emocionarse al hablar de su nueva faceta.
Su relación con sus compañeros también ha cambiado, consiguiendo que el denominado eje del mal vuelva a reunirse y abandonando su látigo más duro con algunos de sus compañeros, como en el caso de Lydia Lozano, con la que de repente se muestra mucho más benevolente.
CAMBIO DE RESIDENCIA
Pero estos no son los únicos cambios del colaborador de Sálvame, el colaborador ha decidido dar un gran paso en su vida abandonando el que durante años ha sido su refugio, su casa en la sierra de Madrid, por otra vivienda más grande y con más refuerzo en cuanto a seguridad se refiere, tal y como desvela la revista ¡Qué me dices! demostrando que lo que más importa al colaborador es la seguridad de sus pequeñas.
