Los mejores vestidos de la historia de la Gala Met

MEJOR VESTIDAS DE LA HISTORIA DE LA GALA MET
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Actualizado: lunes, 1 mayo 2017 19:40

   MADRID, 1 May. (CHANCE) -

   Desde los años 70, no hay mes de mayo que la moda más vanguardista se apodere de la alfombra roja que decora las escalinatas de Metropolitan Museum of Art en Nueva York antes de que arranque la Gala Met, que este año se celebra el 1 de mayo.

   La mayoría de las famosas ya estarán eligiendo vestido y las más previsoras ya lo tendrán, mientras en CHANCE repasamos los que han sido los vestidos más icónicos de la historia, desde los años 70 hasta la actualidad:

   Jackie Kennedy (1979) era un icono de estilo entonces, pero también lo es en la actualidad, de hecho, Melania Trump le copió uno de sus looks en la ceremonia de toma de posesión de Donald Trump con un conjunto de cachemira celeste. En la gala de 1979 se enfundó un vestido de satén negro con mucho volumen y volantes en los hombros con el que derrochó elegancia.

   Casi tan elegante como ella fue Bianca Jagger en 1981 que derrochó sofisticación con un vestido palabra de honor con corte en la cintura, con mucho volumen y de estilo lady con el que fue el centro de las miradas de la gala.

   Naomi Campbell (1990) quiso ser el centro de atención con su look, y claro que lo consiguió. Se presentó en la gala de la mano del conocido fotógrafo de moda Francesco Scavullo y estaba radiante con vestido estampado con mucho color. En 2014 también lució un espectacular vestido, esta vez diseñado por Givenchy.

   Más discreto era el diseño negro Christy Turlington (1992), la modelo se convirtió en el perfecto alter ego de Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes con un vestido largo y un collar que parecían calcados a los de la actriz en su película más conocida.

   El vestido de Kate Moss en 2009 también es de los más icónicos, un marc Jacobs de satén que bien podría ser un vestido que en la actualidad acaparase todos los fashes. No puede estar más de moda.

   De amarillo fue Elle Macpherson en 2005 con Calvin Klein palabra de honor con cola, aunque no tanta como el Guo Pei de diez años después de Rihanna, que fue el objeto de todos los memes de 2015.

   Ese mismo año Cara Delevingne estuvo en la gala y su look fue uno de los más comentados, no tanto por el mono de Stella McCartney por el que se decantó, negro y cut out, sino por las flores de cerezo que llevaba pintadas por los brazos, que nos trasladaban a China.

   Mucho más tradicionales fueron los vestidos de princesa Gisele Bundchen de Alexander McQueen en 2011, en color rojo, con el que estaba arrebatadora, y el de Doutzen Kroes, un Zac Posen azul digno de una Cenicienta moderna, de 2010.

   Sin embargo, a otras muchas famosas les gusta arriesgar, casi en exceso. Algunas salen airosas y otras no tanto. En 1999 Amber Valletta se enfundó un mono dorado con gran escote con el que estaba espectacular, casi tanto como Lupita Nyong'o con el Prada de red y plumas de 2014.

   En los últimos años, ha habido dos celebrities que nos han dejado sin palabras: Rooney Mara y Gigi Hadid. La primera no podía estar más sofisticada con un Givenchy blanco que bien podría pasar por un vestido de novia para una boda poco convencional y la segunda con Tommy Hilfiger con paillettes y escote halter que no le hicieron sombra a su manicura de 2000 dólares.

   Y si hay una famosa que siempre es el centro de las miradas en la Gala Met esa es Sarah Jessica Parker, ha llevado tocados imposibles, vestidos con cola y con firma bordadas o su reinterpretación del traje escocés como el que llevó en 2006. Fue de McQueen, con quien posó en la alfombra roja con su vestido de corte arquitectónico.

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