El arte de ir despacio, descubre cómo dejar de correr en tu vida y sacarle más partido

El arte de ir despacio/ Cordon Press
EL ARTE DE IR DESPACIO/ CORDON PRESS
Actualizado: viernes, 6 mayo 2016 13:37

MADRID, 6 May. (CHANCE) -

Los emoticonos de la flamenca y del chico corriendo quizá sean la mejor forma de definir a la gente de hoy en día. Corriendo para ir al metro, corriendo para ir al bus, corriendo para llegar a tiempo, corriendo para llegar a todo... ¡Uff, que cansancio!

Para, respira y plantéate cuantas cosas eres capaz de hacer en el día... puff de muchas... Y... ¿de cuántas disfrutas?

Ahí está el problema de la mayor parte de la humanidad. Nos hemos olvidado de vivir y de disfrutar de las cosas. Ron Zacapa invita en esta ocasión a disfrutar del concepto The Art of Slow, una forma de vida que incita a tomarse el tiempo necesario para disfrutar de las experiencias placenteras. Lo bueno y exclusivo merece ser degustado con calma, y una de las cosas más olvidadas es el emocionante viaje por los sentidos.

Pero, ¿cómo después de estar metido en esta vorágine, recuperamos el arte de tomarse uno su tiempo? ¿Qué priorizo y qué desecho?

Carl Honoré, escocés de nacimiento y canadiense de adopción, es uno de los artistas que promueven el movimiento The Art of Slow y ha aterrizado en España para enseñarnos esta filosofía.

    Honoré comenzó interesándose por el periodismo cuando trabajaba con niños de la calle en Brasil. Desde 1991, ha sido corresponsal en numerosas partes de Europa y América del Sur para publicaciones como The Globe and Mail, National Post, The Guardian y The Economist.


LOS MALES DE NUESTRA SOCIEDAD Y EL REMEDIO PARA SANARLA

    Actualmente, el gurú anti-prisa y autor del éxito mundial Elogio de la lentitud, nos ofrece en su libro y en sus conferencias TED (con casi 2 millones de reproducciones) una excelente radiografía de los males de nuestra sociedad y el remedio para sanarla: la filosofía slow. Nos invita a reducir la marcha y tomarnos el tiempo que sea necesario para disfrutar de las cosas placenteras. Ron Zacapa con su filosofía The Art of Slow la homenajea.

    Vuelven las lluvias y el frío y la gente cambia de actitud, se viste colores oscuros e influye en el humor.

CH: ¿Crees que el tiempo influye tanto en las personas?

Carl: Sí, influye mucho en el tiempo de la gente. Los países más calurosos siempre han sido más abiertos, -aunque tradicionalmente se dice que menos productivos-, y disfrutan más de las cosas sencillas. Los países mediterráneos tienen fama de ser más sociales y dominar la cocina.

CH: Pero, ¿cómo cambiamos el chip de cuando vemos que hace malo y llueve?

Carl: Yo que vivo en Londres, llueve mucho y a mi no me causa ninguna depresión porque es algo normal y no es inesperado. Pero si no, lo mejor es enfocarse en lo positivo: "No puedo hacer esto por la lluvia, pero puedo hacer otras cosas que no hago cuando hace sol, como hacer una comida interesante, o disfrutar de los juegos familiares, porque a lo mejor no jugarías si estuvieras en la calle". Piensa siempre en positivo.

CH: Mira los españoles si llueve y estás de viaje sales, pero si estás aquí, no tanto.

Carl: Es interesante... no lo había pensado.

CH: Si llueve hay un cambio de planes y de carácter. Sí que es cierto que si ves llover varios días pues al final ya haces cosas que habías ido dejando y te vas amoldando, pero sí que influye en el humor y en no llevar a cabo planes.

ART SLOW: "LAS COSAS NO HAY QUE HACERLAS LO MÁS RÁPIDO POSIBLE, SINO LO MEJOR POSIBLE"

CH: Eres un gurú al que sigue mucha gente, ¿cuál es tu mejor consejo que le dirías a cualquiera?

Carl: Tengo muchas frases para resumir la filosofía slow, pero el eslogan básico sería "Las cosas no hay que hacerlas lo más rápido posible, sino lo mejor posible" en esta vida que parece un terremoto. Reconectar con tu yo interior... Es hablar del slow, recuperar el arte de vivir, saborear los momentos.

LA RAPIDEZ HACE QUE HAYAMOS CREÍDO QUE LO LENTO ES UN SINÓNIMO DE NEGATIVO

CH: En España hay un refrán que dice: "Vísteme despacio que tengo prisa".

Carl: Sí, lo conozco, era de Napoleón dicen. Estamos contagiados por el virus de la prisa, y cada momento pasa a ser una carrera contrarreloj, y la rapidez hace que hayamos creído que lo lento es un sinónimo de negativo, de torpeza. Este tabú hace que se haya perdido el hábito. Y no quiere decir que yo premie o que abogue por la lentitud. Sería absurdo, yo no soy ni extremista ni fundamentalista de la lentitud. Vivo en Londres y no somos lentos.

CARL HONORÉ: "LA PUNTUALIDAD ES UN ACTO DE RESPETO. TENEMOS UNA RELACIÓN NEURÓTICA Y MAL SANA CON EL TIEMPO"

CH: Sois muy británicos, muy puntuales...

Carl: La puntualidad es una arma de doble filo, puede ser muy útil para vivir muy bien, pero es un acto de respeto al otro. Si llego tarde estoy distorsionando tu agenda, es un acto de respeto. Tenemos una relación neurótica y mal sana con el tiempo. Estamos contagiados por ese refrán de: "El tiempo es oro" y eso hacer marcarse más y más cosas en menos tiempo y no es sano. Hacemos muchas cosas pero no las hacemos ni bien ni disfrutamos de ellas. Terminamos cansados y no las disfrutamos. Ser puntual pero no caer en la trampa, porque te lleva a otro tipo de neurosis.

CARL HONORÉ: "SI HAY UN TELÉFONO DE POR MEDIO ENTRE DOS PERSONAS, AUNQUE ESTÉ APAGADO LA CONVERSACIÓN NO FLUYE IGUAL"

CH: Menos mal que tenemos dos manos una para el reloj y otra para el móvil.

Carl: (Se ríe) Es otra falta de respeto. A mi me encanta la tecnología, tengo un iphone 6 y para no esclavizarse uno hay que saber que tiene un botoncito rojo. Es agobiante para el nivel físico y mina las relaciones afectivas porque termina siendo un obstáculo en las relaciones. En los estudios que se han hecho recientemente si entre dos personas hay un móvil aunque no suene o esté apagado, la relación no es la misma y se habla más superficialmente, y es obvio. Hice un encuentro en un convento hace unos días en Barcelona y comentaba una de las personas que ya no existiría el buen samaritano y que si se encontrara a alguien necesitado pasaría sin ayudarle, pero yo añadía que no se haría, no por nada, sino porque pasarías sin haberte dado cuenta. No utilizamos estos aparatos con inteligencia; aunque estamos creando nuevas reglas. Muchas empresas están cambiando la cultura del móvil dejando que se desconecten unas horas, o durante el fin de semana.

En el ámbito social también está cambiando y hay una cosas que llama stacking, que está llegando a España especialmente entre los jóvenes. Como los jóvenes no tienen capacidad de apagar el móvil, quedan a cenar y apilan todos sus móviles, el primero que lo mire, paga la cuenta de todos. Estamos creando formas para salvarnos. Tenemos hijos y creo que ahora hemos asistido a una revolución con el móvil que ellos ya lo verán como algo normal y no estarán tan obsesionados.