¿De quién son los deberes, de los padres o de los hijos?

CORDON PRESS
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Actualizado: sábado, 21 mayo 2016 10:09

   MADRID, 21 May. (CHANCE) -

Una semana más te traemos un artículo de Nano López, el coach para organizaciones y adolescentes, que esta semana nos aconseja sobre cómo ayudar a nuestros hijos a afrontar los exámenes finales.

Con el fin de curso a la vuelta de la esquina, llega el temido momento de afrontar los exámenes finales, el último y más difícil empujón del curso. Sin darnos cuenta, muchas veces los padres se hacen dueños de las responsabilidades de los estudiantes, pronunciando frases como "nos han puesto muchos deberes" o "este fin de semana no salimos porque tenemos exámenes".

Hay una cosa que tenemos que tener muy en cuenta: las responsabilidades de nuestros hijos son de nuestros hijos, no nuestras. Debemos pensar cuál es es nuestro papel haciendo una reflexión: Si ayudamos a nuestros hijos a hacer los deberes y estudiar el mensaje que le estoy dando es que no es capaz de hacerlo por sí solo o "ya te lo resuelvo yo si no sabes".

Existe un proverbio chino que me gusta mucho que es "dale un pez a una persona y comerá un día, enséñale a pescar y comerá toda la vida". Las encuestas sobre hábitos de estudio señalan que el 80 por ciento de los alumnos de primaria y el 45 de los de secundaria cuentan con ayuda de sus padres a la hora de hacer los deberes.

Sobre este tema hay mucha controversia, dado que muchos padres creen que sus hijos tienen demasiados deberes en casa. Sin embargo, hay que pensar ¿para qué los ayudamos, para que aprendan mejor, para que sean más rápidos...? Con esto estamos privando a nuestros hijos de cosas importantes, como adquirir autonomía, asumir compromisos o ser responsables (entendiendo la responsabilidad como la habilidad para dar respuesta).

Según mi experiencia y contacto con chavales de unos 16 años, estamos creando un problema: los adolescentes sienten dependencia de la ayuda de sus padres a la hora de enfrentarse a estudios superiores. Frente a eso, tenemos que dejar que descubran, que conozcan cuáles son sus límites, que aprendan a buscar soluciones.

Aunque son frases 'de toda la vida' sigo escuchando mucho eso de "la culpa es del profesor que no me entiende", "hemos suspendido casi toda la clase" y toda clase de excusas que los niños y adolescentes sienten como válidas. Todo esto nos lleva a la desmotivación, a perder la esperanza de lucha y a no saber como hacerlo.

Por lo tanto, los padres deben estar ahí para observar, para tratar de entender qué es lo que le está faltando a sus hijos y enseñarles a ordenarse. Tenemos que analizar qué cosas son las que hacen que nuestros hijos pierdan la concentración (algunos estudios aseguran que los niños pierden su poder de concentración a partir de los 50 minutos).

También debemos ir poco a poco y con tareas de fáciles a difíciles. No olvidemos que si nuestros retos son mucho más altos que las habilidades que tenemos, entramos en un espacio de estrés. Sin embargo si las habilidades son altas y los retos pequeños entramos en el aburrimiento.

Es aconsejable buscar el lugar en el que ellos se sientan mas cómodos para hacer las tareas y, sobre todo, darles nuestro apoyo y comprensión siempre desde la autonomía y la confianza.