Una supertormenta solar del siglo VIII aconseja prudencia en Marte

Imagen del Sol en Marte
NASA
Actualizado: martes, 24 mayo 2016 13:28

   MADRID, 24 May. (EUROPA PRESS) -

   Una superllamarada solar podría poner en peligro en gran medida los planes actuales para los viajes espaciales, ya que los astronautas podrían recibir dosis letales de radiación.

   Las erupciones solares ocurren regularmente, a veces causando estragos en la Tierra. Por ejemplo, en 1989, una poderosa explosión del sol alcanzó el campo magnético de la Tierra, lo que repercutió en cortes de líneas eléctricas y de comunicaciones en América del Norte.

   Aún así, el poder del evento 1989 palidece en comparación con una súper llamarada datada en el año 775. Fue aproximadamente 10 veces más fuerte que el evento de 1989, y tal vez incluso más poderosa que el llamado Evento Carrington de 1859, la tormenta geomagnética más fuerte desde que los investigadores comenzaron a llevar un registro de ellos.

La súperllamarada de 775 al parecer resultó inofensiva en la Tierra, dejando pocos rastros detrás, aparte de en los anillos de los árboles en todo el planeta. Sin embargo, los investigadores advirtieron que si este evento llegara a suceder de nuevo, podría ser desastroso para los astronautas en el espacio.

   "Un evento de esta magnitud sería probablemente catastrófico si llegara a producirse durante un tránsito en el espacio profundo, como por ejemplo a Marte, a menos que se proporcione protección sustancial", dijo a Space.com el autor principal de un estudio al respecto, Lawrence Townsend, un físico de la radiación en la Universidad de Tennessee en Knoxville.

   El aire de Marte podría, en teoría, proporcionar cierta protección contra la radiación cósmica, dependiendo de la cantidad de atmósfera sobre los astronautas. Sin embargo, Townsend y sus colegas calcularon que en todas las elevaciones en Marte, la dosis de radiación que recibirían las tripulaciones superaría todos los límites de seguridad, aumentando el riesgo de que los astronautas podrían desarrollar un cáncer mortal. La enfermedad por radiación también sería probable, y podría incluir efectos graves tales como vómitos, diarrea, hemorragia y muerte, dijeron los investigadores.

   Eventos como el de 775 "son poco frecuentes, pero posiblemente más frecuentes de una vez cada mil años más o menos," dijo Townsend a Space.com. Sabemos que un evento comparable con el Evento Carrington se produjo a finales de octubre o principios de noviembre de 2003. Afortunadamente, el evento afectó a la Tierra sólo periféricamente, porque no estaba en su trayectoira, dijo Townsend.

   Estos resultados enfatizan la importancia de crear "refugios para tormentas" fuera de la Tierra para ayudar a proteger contra este tipo de eventos peligrosos, dijo.

   "En la superficie de Marte o la luna, sería necesario un blindaje sustancial, probablemente en una cueva o tubo de lava, y de forma preferente en un lugar profundo dentro de la atmósfera de Marte", dijo Townsend. Los hábitats de la superficie de Marte podrían también estar mejor situados "en un estrecho cañón, o al lado de un gran acantilado con un voladizo, para reducir el área expuesta a través del cual las partículas pueden entrar desde el espacio profundo", agregó Townsend.

   "Mi objetivo no es ni ser alarmista, ni desviar las futuras exploraciones humanas en el espacio profundo. En su lugar, espero señalar que la prudencia sugiere que debemos entender mejor estos eventos, sus ramificaciones para el futuro del vuelo espacial y lo que se necesita para proteger a las tripulaciones de ellos", afirmó

    Los científicos detallaron sus hallazgos en la edición de junio-julio de la revista Acta Astronáutica.