Algunos corales se adaptan a la subida de las temperaturas

Coral
Coral / wikimedia commons

MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Para la mayoría de la gente, el agua a una temperatura de 30 ºC es agradable para bañarse y nadar, pero, para la mayor parte de las criaturas marinas es mortal, por lo que el aumento de las temperaturas oceánicas por el cambio climático amenaza el futuro de algunas especies, como el coral, que proporciona sustento y medios de vida a millones de personas. Ahora, investigadores de la Universidad de Stanford, en California, Estados Unidos, han demostrado que algunos corales se adaptan al incremento de las temperaturas del océano.

   Dirigidos por el profesor de Biología de Stanford Steve Palumbi, estos expertos han visto que algunos corales pueden ajustar sus funciones internas para tolerar el agua caliente 50 veces más rápido de lo que se adaptarían a través de un cambio evolutivo. Los resultados, publicados este jueves en la revista 'Science', abren un nuevo mundo de posibilidades para entender y conservar los corales.

   "La temperatura de los arrecifes de coral es variable, por lo que es lógico pensar que los corales deben tener cierta capacidad para responder a los diferentes niveles de calor", afirma Palumbi, director de la Estación Marina Hopkins de Stanford e investigador asociado en el Instituto Woods para el Medio Ambiente de Stanford. "Nuestro estudio muestra que los corales son capaces, lo que podría ayudarles en el futuro a medida que el océano se calienta", añade.

   Los arrecifes de coral son fuentes cruciales de pesca, acuicultura y protección contra las tormentas. La sobrepesca y la contaminación, junto con el calor y el aumento de la acidez causado por el cambio climático, han acabado con la mitad de los corales formadores de arrecifes del mundo durante los últimos 20 años, puesto que, incluso, un incremento temporal de la temperatura de unos pocos grados puede matar a los corales a lo largo de kilómetros de arrecife.

   Samoa Americana representa un caso único de estudio sobre cómo los corales pueden sobrevivir a un mundo reformado por el cambio climático. Las temperaturas del agua en algunos arrecifes de poca profundidad pueden llegar a 35 ºC, lo suficientemente altas como para matar a la mayoría de los corales, por lo que los investigadores de este trabajo trasplantaron colonias de coral de una piscina de agua caliente a una cercana más fresca y viceversa para saber cómo los corales nativos sobreviven al calor.

   De esta forma, encontraron que, con el tiempo, los corales de la piscina fresca trasplantados a la piscina caliente se hicieron más tolerantes al calor. Aunque estos corales eran sólo la mitad de resistentes al calor que los corales que habían estado viviendo en la piscina de agua caliente todo el tiempo, rápidamente alcanzaron la misma tolerancia al calor que se podía esperar de la evolución a lo largo de muchas generaciones.

   Los corales, como las personas, tienen genes adaptativos que pueden activarse o desactivarse cuando las condiciones externas cambian. El grupo de los corales estudiado por Palumbi se ajusta a sí mismo gracias al encendido o apagado de determinados genes, en función de la temperatura local. Estos resultados ponen de manifiesto que algunos corales pueden evitar los efectos del calentamiento del océano al combinar la adaptación basada en la composición genética y la adaptación fisiológica según las condiciones locales.

   No obstante, Palumbi advierte que las características de los corales de adaptación al calor no proporcionan una solución mágica para combatir el cambio climático. Estas especies marinas no pueden responder a aumentos de temperatura indefinidos y podrían verse comprometidas por factores de estrés como la acidificación y la contaminación.

   Aún así, si es posible en la mayoría de los corales, esta capacidad de adaptación podría proporcionar un "colchón" para la supervivencia y dar a los arrecifes de coral unas décadas adicionales para contraatacar los duros efectos del cambio climático, según el líder de la investigación.