La conservación de la naturaleza, puente para la paz en Oriente Medio

Agricultores palestinos y árabe-israelíes del Norte de Samaria
HAGAI AHARON
Actualizado: jueves, 23 marzo 2017 10:15

   MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Los esfuerzos para conservar los recursos naturales presentan una oportunidad para encontrar un terreno común entre comunidades en conflicto, creando confianza y renovada esperanza de paz.

   "La naturaleza puede construir puentes entre las naciones -afirma Alexandre Roulin, de la Universidad de Lausana, autor de un trabajo sobre esta cuestión en Oriente Medio--. Aunque hemos desarrollado esfuerzos en Oriente Medio, entre ellos Israel, Jordania y la Autoridad Palestina, esperamos que nuestro trabajo se convierta en una plataforma para estimular iniciativas similares en todo el mundo".

   Roulin relata su experiencia en 'Trends in Ecology & Evolution'. Todo comenzó hace unos 35 años cuando el coautor Yossi Leshem, de la Universidad Tel-Aviv, en Israel, notó que los agricultores israelíes estaban usando veneno para matar a los roedores. El problema era que las aves depredadoras naturales de los roedores también estaban muriendo por envenenamiento.

   Tardaron años, pero en última instancia convencieron a los agricultores y al Gobierno israelí que eliminaran el uso de los pesticidas y comenzaran a construir nidos para los búhos y los cernícalos. El esfuerzo ayudó a proteger la vida silvestre sin aumentar la pérdida de cosechas porque cada par de búhos puede producir 11 progenies en un año y esos búhos, a su vez, consumen miles de roedores al año.

DESAFÍOS SIMILARES PARA LOS AGRICULTORES JORDANOS Y PALESTINOS

   Incluso, los científicos comenzaron a darse cuenta de que los agricultores de Jordania y la Autoridad Palestina se enfrentaban a desafíos similares, que debían abordarse a escala regional. También comenzaron notar que el proyecto podría unir a jordanos, israelíes y palestinos por una causa común a pesar de sus diferencias religiosas y políticas. Roulin relata muchos ejemplos en los que las personas que participaron en el proyecto a lo largo de los años se han reído y bromeado juntos, visitado los lugares de culto y han hecho muchas otras cosas juntas.

   Roulin dice que es mejor empezar desde abajo. Al documentar los éxitos a pequeña escala, se pueden comenzar a identificar socios comprometidos en otros lugares y, en última instancia, los esfuerzos de programas como el suyo llamado 'Los pájaros no saben de fronteras' se pueden ampliar a una escala nacional e internacional.

   "La combinación de la conservación de la naturaleza y la construcción de la paz no sólo es importante, sino que también trae un nuevo mensaje de esperanza que nuestra sociedad está buscando -afirma--. Esperamos persuadir a la comunidad internacional para considerar este tipo de proyectos como instrumentos diplomáticos para pavimentar el camino hacia la paz".

   Su proyecto en Oriente Medio ha seguido sin detenerse a pesar del conflicto, lo que ha llevado a que se interesen por él los ejércitos suizo y chino. También hay esperanza de que un esfuerzo similar podría ser un punto de partida para reunir a personas de Corea del Norte y Corea del Sur.

   "Ideas inesperadas, como trabajar científicamente con los búhos, pueden ser fuente de gran inspiración para temas que son mucho más grandes que nuestras preguntas científicas", celebra Roulin, apuntando que él y sus colegas esperan ahora lanzar un programa educativo en Europa, para animar a la conexión entre niños de Europa y Oriente Medio y para concienciar sobre la interdependencia de la naturaleza a una escala global.