MADRID, 9 Jul. (EUROPA PRESS) - Han descubierto que las transferencias entre especies, incluso entre plantas y animales, se han producido con frecuencia a lo largo de la evolución. Por ejemplo, dice el profesor Adelson, el 25% del genoma de las vacas y las ovejas se deriva de los genes de salto. Los elementos L1 en humanos se han asociado con cáncer y trastornos neurológicos. Los investigadores dicen que comprender la herencia de este elemento es importante para comprender la evolución de las enfermedades. Los investigadores encontraron que las L1 son abundantes en plantas y animales, aunque solo aparecen esporádicamente en hongos. Pero el resultado más sorprendente fue la falta de L1 en dos especies clave de mamíferos: los monotremas australianos (ornitorrinco y equidna), que muestran que el gen entró en la vía evolutiva de los mamíferos después de la divergencia de los monotremas. La nueva investigación amplió el análisis para descubrir que BovB ha saltado aún más ampliamente de lo que se había anticipado. BovB ha transferido al menos dos veces entre ranas y murciélagos, y las nuevas especies de vectores potenciales incluyen chinches, sanguijuelas y langostas.