Los sustantivos ralentizan nuestro discurso

Habla humana
WIKIPEDIA
Actualizado: miércoles, 16 mayo 2018 10:05

MADRID, 14 May. (EUROPA PRESS) -

Los hablantes vacilan o hacen breves pausas llenas de sonidos como "eh" o "uhm" antes de los sustantivos. Dichos efectos de desaceleración son mucho menos frecuentes antes de los verbos. 

    Es lo que han descubierto investigadores de la Universidad de Zúrich (UZH), en Suiza, que trabajan en conjunto con un equipo internacional, al observar ejemplos de diferentes idiomas.

Cuando hablamos, inconscientemente pronunciamos algunas palabras más lentamente que otras, y algunas veces hacemos breves pausas o lanzamos sonidos sin sentido como "uhm". Estos efectos de desaceleración proporcionan evidencia clave sobre cómo procesa el lenguaje nuestro cerebro e indican dificultades al planear el enunciado de una palabra específica.

Para descubrir cómo funcionan estos efectos de desaceleración, un equipo de investigadores dirigido por Frank Seifart, de la Universidad de Ámsterdam, en Países Bajos, y el profesor Balthasar Bickel, de UZH, analizó miles de grabaciones de habla espontánea de poblaciones lingüísticas y culturalmente diversas de todo el mundo, incluyendo la selva amazónica, Siberia, el Himalaya y el desierto de Kalahari, pero también inglés y holandés.

LOS SUSTANTIVOS, MÁS DIFÍCILES DE PLANEAR

En estas grabaciones, los investigadores observaron los efectos de desaceleración antes que los sustantivos (como "amigo") y los verbos (como "ven"). Midieron la velocidad de emisión en sonidos por segundo y notaron si los oradores hacían pausas cortas. "Descubrimos que, en esta muestra diversa de idiomas, existe una fuerte tendencia a los efectos de desaceleración antes que a los sustantivos en comparación con los verbos", explican Bickel y Seifart.

"La razón es que los sustantivos son más difíciles de planificar porque, por lo general, solo se usan cuando representan información nueva". De lo contrario, son reemplazados por pronombres (por ejemplo, "ella") u omitidos, como en el siguiente ejemplo: "Mi amigo regresó. Él (mi amigo) tomó asiento" o "Mi amigo regresó y tomó asiento". Ninguno de estos principios de reemplazo se aplica a los verbos; generalmente se usan independientemente de si representan información nueva o vieja.

Este descubrimiento tiene implicaciones importantes para comprender cómo procesa el cerebro humano el lenguaje. Sin embargo, hace falta más investigación en neurociencia para mirar más sistemáticamente el valor de la información de las palabras usadas en la conversación, y cómo el cerebro reacciona a las diferencias en estos valores. Además, las futuras investigaciones deben ampliar sus datos.

"Encontramos que el inglés, en el que se basa la mayoría de las investigaciones, muestra el comportamiento más excepcional en nuestro estudio", dice Bickel. Por lo tanto, es importante ampliar la red de idiomas considerados en el procesamiento de la investigación, incluidas las lenguas raras, a menudo en peligro de extinción de todo el mundo, para ampliar nuestra comprensión del lenguaje humano.

Los hallazgos también arrojaron nueva luz sobre rompecabezas de larga duración en lingüística. Por ejemplo, sugieren efectos universales a largo plazo sobre cómo la gramática evoluciona con el tiempo: los efectos de desaceleración antes de los sustantivos dificultan que los sustantivos desarrollen formas complejas mediante la contracción con las palabras que los preceden. En alemán, por ejemplo, los prefijos son mucho más comunes en los verbos (ent-kommen, ver-kommen, be-kommen, vor-kommen, etcétera) que en los sustantivos.

En un nivel más general, el estudio contribuye a entender más a fondo cómo funcionan los lenguajes en su entorno natural. Tal comprensión se vuelve cada vez más importante dados los desafíos a los que se enfrenta la comunicación lingüística en la era digital, donde nos comunicamos cada vez más con sistemas artificiales, que tal vez no decaigan antes de los sustantivos como los humanos hacen de manera natural.