Actualizado 04/01/2017 11:34
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Gastritis y hemorroides: consecuencias de malos hábitos

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FREEPIK

Madrid, 4 de enero de 2017

Las enfermedades asociadas al sistema digestivo son, por norma general, de las más preocupantes y, a su vez, de las más difíciles de llevar. En todo el tracto digestivo entran en funcionamiento conjunto una serie de órganos de vital importancia para que el organismo funcione de forma adecuada. Cuando uno falla, cuando uno comienza a mostrar ciertas falencias, los efectos se sienten de inmediato y, conseguir curas resulta, por lo menos, un tanto complicado.

En los últimos años, las enfermedades de este tipo han crecido de forma vertiginosa. Actualmente, es muy recurrente hallar a personas buscando algún tratamiento para la gastritis erosiva, en vista de que la gastritis ha comenzado a mostrarle sus consecuencias. Más allá de que exista un tratamiento, lo que más requiere de atención es ubicar la forma en que estos padecimientos se van tejiendo, van conformándose, hasta lograr ser lo que son, afectando a cada vez más personas.

Por su parte, las hemorroides, que son también muy frecuentes, pero, que por su forma de presentarse, son menos confesadas que la gastritis, tienen en los remedios caseros a su principal contraparte. Y es que, basándose en un cálculo ordinario e informal, se podría afirmar que más de la mitad de las personas prefieren buscar remedios caseros para las hemorroides antes que visitar a un consultorio médico. Puede ser un problema o no, según se vea. Primero, ni las hemorroides ni la gastritis son enfermedades que se manifiestan siempre igual, por lo que habrá casos en que los remedios hechos en casa sean suficientes. Segundo, es mejor prevenir, cortar de raíz, que lamentar, y padecer de forma extendida estas enfermedades.

Ahora bien, es meritorio analizar cuáles serían las principales causas, asociadas a los hábitos, que estarían detrás de este par de enfermedades.

La incorrecta alimentación

En el momento actual que se vive, muy poca gente podrá admitir que lleva una dieta ordenada, correcta, balanceada, de acuerdo a los estándares oficiales de nutrición, ajustada a su ingreso familiar, pero, sobre todo, ajustada a las particularidades digestivas de cada una de las personas involucradas. Y es que no todas las personas pueden comer lo mismo, ni de la misma forma. Es por ello que muchas enfermedades de carácter digestivo vienen dadas por el desconocimiento, o flagrante omisión, de las particularidades propias en cuanto al sistema digestivo, y lo que puede permitirse y lo que no.

De más estaría admitir y recordar que es recomendable realizar un pequeño esfuerzo si podemos evitar un problema desde el primer día. Combatir las enfermedades antes de que aparezcan es la mejor forma de prevención y de cura que se pueda conocer, y tratándose del tracto digestivo, mucho más, ya que cada día hay que comer, sin excepciones.

El consumo de alcohol

Es cierto que consumir alcohol es una forma práctica de comenzar una conversación entre amigos de toda la vida. Aunque no es del todo real que el alcohol sirva para tales fines, su uso se ha asociado masivamente a una cultura de la amistad, el compartir, la fraternidad.

El consumo de alcohol, aunque no sea en exceso, es una de las causas más potenciales de padecer enfermedades gastrointestinales. Las altas temperaturas del alcohol etílico, al chocar con todos los órganos del tracto digestivo, no hacen buena junta y en algunos organismos, sensibles a esto, tienen efectos más rápidos, causando un sinfín de malestares.

La gastritis podría ser la enfermedad más frecuente, asociada al consumo de alcohol. De más está mencionar que, cuando se están enfrentando padecimientos de este tipo, se debe suspender por completo el consumo de estas bebidas.

Comer a horas inadecuadas

No es sólo comer los alimentos incorrectos, sino, abusar de la capacidad del estómago para aguantar y sobrellevar el hambre. A pesar de que se abuse de esta virtud del organismo, llega un momento, más temprano que tarde, en que se comienzan a sufrir todos los efectos y los problemas de postergar las comidas, y arrastrarlas hasta horarios donde no corresponden.

Comer a deshoras es un hábito generalizado, mal hábito, cabe decir. Guarda relación directa con las cuestiones laborales, y la difícil accesibilidad a lugares donde comer fuera de casa sin que esto represente un gasto excesivo y un compromiso salarial evidente.

Comer a deshoras no sólo provoca enfermedades como la gastritis o las hemorroides, sino que también puede causar padecimientos como el estreñimiento. Lo peor del caso, es que pocas veces las personas logran darse cuenta cuando se están originando estos padecimientos. Es, verdaderamente, una vez ya todos sus malestares están bien asentados, cuando se intentará corregir el hábito. La desventaja de corregirlo en este momento es que, dadas las urgencias, se recurrirá a medicamentos, lo que suele ser mucho peor, ya que alivian, pero no curan, postergando el malestar.

Los hábitos de sedentarismo

Trabajar ocho horas o más en una oficina sin moverse, ir y venir sentados en el transporte público o en el coche particular, realizar muchas horas de actividades de ocio sin movimiento y así una lista interminable de hábitos que se han vuelto la orden del día, han llevado a que la generación activa laboralmente, hoy en día, sea considerada la más sedentaria de toda la historia humana. Pese a que más de uno de estos hábitos sea considerado correcto, lo cierto es que hay muchos de ellos que podrían ser, fácilmente, sustituidos o suprimidos de manera inmediata.

Las enfermedades del tracto digestivo tienen mucho que ver con esta inactividad, ya que el metabolismo, que trabaja en consonancia con la actividad física, se va ajustando y amoldando a los requerimientos del organismo. Esa vida sedentaria, como consecuencia de un sistema que provee de mil y una fuentes para no hacer nada, podría estar asociada directamente a las enfermedades digestivas más comunes, siendo el motivo principal la inactividad física intensa.

Crear el hábito saludable de hacer ejercicio es difícil y hasta inaccesible para mucha gente. La mayoría piensa, directamente, en suscribirse a un gimnasio cercano, desestimando todas las posibilidades restantes y alternativas. La mejor manera, en cambio, es simplemente correr. Además, es la forma más económica, puesto que para hacer running sólo hará falta adquirir un par de zapatillas para correr. Lo demás, sudar cada día, a su ritmo, para ir ayudando al organismo a encontrar su lugar en el mundo.

Correr 3 o 4 veces por semana, en combinación con una buena dieta y remedios preventivos para las hemorroides o la gastritis, puede bastar para ir erradicando, paulatinamente, estos padecimientos tan molestos, pero tan comunes.

Emisor: Promonet SL

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