Madrid, 20 de noviembre de 2017.-
Sentirse físicamente a gusto, que el espejo devuelva una imagen que se valora como agradable (lo que es subjetivo y/o puede tener que ver con los cánones de belleza imperantes), se suele asociar con el éxito personal, profesional y social.
Hoy día, sin embargo, quien sienta que no luce bien puede recurrir a alternativas para cambiar ciertos atributos y ganar en belleza y atractivo, como la cosmética, la cirugía o las prácticas encuadradas en la medicina estética. De hecho, la estadística demuestra que pasar por el quirófano es una práctica cada vez más recurrente.
Someterse a cirugía estética puede mejorar el autoestima y otros aspectos de salud, por lo que, en definitiva, mejora la calidad de vida del paciente. Sin embargo, no siempre es la solución.
Así lo explica el psicólogo Gerardo J. Velásquez en su artículo “La belleza física y el sí mismo”, en el que habla, entre otras cosas, de los casos de personas que se someten a cirugía estética y luego siguen comportándose como si tuvieran los mismos defectos. “Evidentemente, aquí el problema va mucho más allá del mero cambio físico”, asegura.
Si la autovaloración de un mismo dependen en exclusiva del peso corporal, pueden surgir problemas como la bulimia o la anorexia, dice el psicólogo, que, desde luego, no se curan solo con una operación. De hecho, puede desencadenar problemas mayores, como la depresión y otros trastornos emocionales.
En esos casos, el tratamiento no será estético, o no solo estético. Puede que la solución pase por un centro de salud mental como Buendía Mentales, que proporciona terapias personalizadas y ajustadas al nivel de capacitación. Tiene los programas y servicios propios de un centro de salud mental.
Buscar y encontrar la armonía
Expertos como Velásquez insisten en la necesidad de que exista equilibrio entre la mente y el cuerpo, pero él opta por una tesis que va más allá de ese binomio, y establece cuatro cuerpos. El cuerpo físico es el que muestra el espejo, en el se puede identificar los estados de salud o enfermedad,
Es este el que recibe aquellos cuidados personales que tienen su reflejo en los otros cuerpos, y lo cierto es que puede ser de utilidad el uso de las mejores marcas de cosmética o de medicamentos sin receta médica, como los que se pueden encontrar en una farmacia online especialista en salud y belleza, Farmacia Ahorro.
El segundo de los cuerpos que cita Velásquez es el mental, el los pensamientos. Otro es el emocional, que determina nuestra manera de enfrentar las emociones que vivimos (considerando básica la inteligencia emocional). Y, por último, el “cuerpo espiritual o energético”, donde se mide la energía.
Los cuerpos, lógicamente, trabajan como un sistema de salud integral, por lo que cualquier incidencia registrada en alguno de ellos se reflejará en los otros, en el sistema total. De ahí la importancia de buscar y encontrar la armonía.
Cambiar los hábitos de vida
Cualquier esfuerzo puntual encaminado a mejorar físicamente, como una dieta para bajar de peso, podría caer en saco roto si no se cambian los hábitos de vida. Así pues, un régimen alimentario no debería tener solo el objetivo de perder unos kilos, sino servir de aprendizaje para aprender a comer bien, optando por lo sano sin renunciar al sabor. Hay otros hábitos más complejos que también requieren cambios, como el consumo de alcohol, tabaco o drogas.
Gerardo J. Velásquez explica desde su blog que con ayuda psicoterapéutica es posible reajustar ciertos mecanismos internos, que son los que bloquean que el cambio tenga lugar, y que impiden tener una autoimagen positiva y una autoestima alta. En concreto, habla de las técnicas enmarcadas bajo una Programación Neurolingüística (PNL).
Y es que el psicólogo explica que, si la autoimagen resulta funcional, será más fácil que se activen los recursos necesarios para el bienestar y para tomar decisiones apropiadas. La autoimagen disfuncional, en cambio, se puede cambiar con la ayuda apropiada.
Hábitos de higiene mental
El cuerpo mental, por lo tanto, necesita también de buenas costumbres para mantenerse sano, para que no existan disfunciones que puedan amenazar a todo el sistema. Conviene adquirir hábitos para una buena higiene mental, y Mónica García, del centro El Factor Humano de Burgos, propone cinco desde la web de la organización.
Hay que dar prioridad, explican, a los pensamientos positivos, incluso cuando esto contradiga a la tendencia del ser humano de otorgar más importancia a lo que no está bien, para arreglarlo. Es necesario dedicar algunos momentos al día a poner en valor los pensamientos agradables o positivos, para ir facilitándole a la mente ese trabajo.
Otro hábito fundamental es dormir bien, durante al menos ocho horas al día. Para adquirirlo, se puede probar añadiendo un hora más de sueño durante 30 días, uno de los trucos que da el centro.
Conviene también dedicar cinco minutos al día a estar silencio, a escucharlo. Así el cerebro descansa y se impide que el estrés aumente. También dedicar tiempo a ejercitar la mente, con nuevos aprendizajes y retos, que pueden ir desde los juegos de palabras a las adivinanzas, según los gustos de cada cual.
El quinto hábito que cita El Factor Humano es el de las transiciones, es decir, pararse a respirar, estirar el cuerpo o beber un poco de agua antes de empezar la siguiente actividad.
¿Y si es el dolor lo que afecta?
Puede que sea el cuerpo físico el que sufra y, lejos de cuestiones subjetivas (aunque cada cual tenga su propia escala de dolor), podemos estar hablando de una aflicción fruto de una enfermedad.
Como explica el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, “es frecuente sentirse triste o desalentado después de un infarto o un diagnóstico de cáncer, o si está en tratamiento para una afección crónica, como el dolor”. Algunos de estos síntomas pueden indicar depresión.
Un método alternativo para tratar el dolor es someterse a una sesión de Acupuntura en Valladolid, o en la ciudad de residencia. La acupuntura tiene importantes para la salud y, de hecho, sus especialistas pueden tratar de forma específica la acupuntura para el dolor. Es una opción cuando los analgésicos no alivian o cuando no se quieren probar vías diferentes a la medicina occidental.
En todo caso, si el dolor es un síntoma más de depresión, habría que usar una terapia cognitivo-conductual (TCC), medicamentos antidepresivos o terapia electroconvulsiva (TEC) para combatirla.
Emisor: Promonet SL
