Algunos aspirantes han sido sorprendidos utilizando dispositivos electrónicos para obtener las respuestas en el examen. Tráfico prepara novedades en estos, y una de ellas es el uso de inhibidores
Madrid, a 26 de junio de 2017.- La picaresca ha sido y es una de las señas de identidad de los españoles. Muy comentada en la literatura clásica con un tono romántico y gracioso, lo cierto es que hoy no se ve con buenos ojos. Sobre todo cuando se trata de lograr un objetivo como obtener el carnet de conducir. Y es que la Dirección General de Tráfico ha certificado varios casos en los que algunos de los futuros conductores que se presentan para hacer el examen teórico se han valido de teléfonos móviles conectados a Internet para obtener las respuestas a las preguntas. Otros llevaban un auricular para que alguien en el exterior les dictase la respuesta. Claros casos de trampa en los exámenes que se puede convertir en un problema, ya que si no se tienen los conocimientos básicos sobre normativa, ponerse al volante es sumamente peligroso.
Medidas contra los dispositivos electrónicos
Con el fin de terminar con los chivatazos y las trampas, la DGT ha tomado la decisión de instalar un inhibidor de frecuencias en las aulas en las que se llevan a cabo los exámenes para el carnet de conducir. Además de solicitar a todos los asistentes que apaguen sus móviles y los dejen encima de la mesa, junto al carnet de identidad, para tenerlo todo controlado.
El uso de dispositivos inhibidores bloqueará cualquier frecuencia que salga del aula o pretenda entrar en ella. Quienes traten de hacer trampas contando con un “apuntador” que le vaya diciendo las respuestas verán cómo sus esfuerzos no tienen recompensa.
Con esta medida, Tráfico quiere asegurarse de que quien aprueba lo hace de forma lícita, demostrando claramente que conoce los fundamentos del Código de Circulación y pudiendo aplicarlos al volante cuando sea necesario una vez que obtenga el carnet.
¿Cómo funciona un inhibidor de frecuencias?
El objetivo de estos dispositivos es claro. Su función es la de impedir que un dispositivo de comunicación sea capaz de conectarse con otro. Para ello se vale de un sistema parecido al de los ataques cibernéticos, saturando el espacio que ocupa la frecuencia con ruido electrónico para que no llegue la voz o los datos que proceden del exterior.
Aunque esto puede sonar a complejo y sofisticado, lo cierto es que un inhibidor de frecuencia es relativamente sencillo. Lo único que necesita hacer es amplificar una señal de ruido con potencia suficiente como para anular cualquier otra señal en un radio determinado, para lo que se vale de una antena que transmite la señal como si fuera un repetidor de telefonía. Algunos de estos dispositivos pueden llegar a bloquear señales hasta un kilómetro a la redonda o más, aunque los que va a instalar la DGT se limitarán a unos cuantos metros, suficiente para impedir que los aspirantes que hay haciendo el examen reciban comunicaciones del exterior.
¿Es legal su uso?
El uso de cualquier elemento que bloquee la señal de un dispositivo está regulado por ley. Las universidades empezaron a utilizarlo como medio de bloqueo contra las trampas en los exámenes. Pero se hizo necesario tomar medidas porque algunos comenzaron a utilizarlos con el objetivo de bloquear la señal inalámbrica de las alarmas y entrar sin problemas en viviendas y negocios, entre otros usos poco lícitos. Hoy está prohibido el uso de inhibidores a no ser que se tenga una autorización expresa o se forme parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Cualquier excepción a esta norma se puede denunciar y conlleva una fuerte sanción, desde medio millón de euros hasta 20 millones dependiendo del grado que se considere la infracción.
Por lo tanto, en vista de que la Dirección General de Tráfico forma parte de la Administración Pública, cuenta con la autorización necesaria para instalar inhibidores para exámenes y acabar con la versión tecnológica de las chuletas en los exámenes.
Otros cambios que prepara la DGT
Con el fin de hacer más eficientes los exámenes teóricos, se está estudiando una serie de actuaciones. Entre ellas se encuentra la eliminación de los exámenes en papel, que hoy se siguen haciendo en aquellos municipios en los que no existe una Jefatura Provincial donde hacer las pruebas, algo que aprovechan algunos con el fin de hacer trampas. Para 2018 se espera contar con medios telemáticos en todo el territorio nacional, como el uso de tabletas electrónicas.
Estas herramientas permitirán hacer cambios en el modo en el que se hacen hoy las preguntas. En lugar de los clásicos exámenes tipo test, los aspirantes pueden encontrar vídeos en los que se muestren ciertas situaciones, que tendrán que analizar y determinar cuál es la maniobra adecuada para sortear el peligro.
Pero no solo es la parte teórica la que se verá mejorada con el uso de las nuevas tecnologías. También se esperan cambios en el examen práctico, como la posibilidad de que el examinador le pida al aspirante que introduzca en un GPS una dirección concreta, y siguiendo las instrucciones lleguen hasta el punto solicitado, teniendo en cuenta tanto las indicaciones del dispositivo como las normas básicas de circulación.
Mecanismos que ya se están usando en otros países
El uso de la tecnología más avanzada tiene como objetivo principal que los conductores se vayan adaptando a esta, así como acabar de forma definitiva con las trampas en los exámenes. No es nada nuevo, ya que en otros países miembros de la UE se aplican sistemas parecidos a la hora de examinar a los candidatos a obtener el carnet de conducir. Un ejemplo más de que Europa se fusiona en muchos sentidos, ya que las normas que regulan el tráfico en toda la unión son las mismas, al menos en lo básico.
Las nuevas tecnologías han afilado las mentes de los pícaros españoles. Aunque todo apunta a que las Administraciones tampoco son ajenas a estos avances y se preparan para hacer frente al nuevo panorama utilizando los medios que tienen a su alcance.
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Autor: Pedro Fernández
Empresa: OlimpoMarketing
