CASTELLÓN, 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
La sección segunda de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a un hombre a cinco años de prisión por secuestrar, amenazar y maltratar a su novia porque quería cortar la relación, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana. La sentencia condena al hombre por los delitos de detención ilegal, amenazas y violencia de género con la agravante de parentesco.
La sentencia considera probado que el 5 de diciembre de 2016 el acusado recibió un mensaje de su novia para quedar en un lugar, ya que quería comunicarle la intención de cortar la relación. Una vez en allí, el procesado mostró contrariedad, ya que no quería dejar la relación, por lo que propuso a su pareja ir a otro lugar más apartado.
Así, el acusado se dirigió conduciendo rápidamente y enfadado a una zona del exterior de Castellón, de huertos de naranjos, donde de vez en cuando habían acudido. Una vez allí, tras parar el coche, la mujer pidió a su novio que la dejara salir del vehículo, a lo que éste respondió que ella no iba a ninguna parte y llegó a colocarse encima en el asiento del piloto.
Al seguir la mujer nerviosa y tras quitarle la batería del móvil, el acusado la cogió del cuello y apretó cada vez más, notando que se quedaba sin respiración, como paralizada, por lo que pegó una patada al cristal de la ventanilla en su intento de zafarse y lo rompió, circunstancia que encolerizó más aún al acusado, quien en todo momento cerraba el seguro de la puerta de copiloto a fin de que su novia no pudiera salir.
El procesado se trasladó a su domicilio junto a la mujer, a la que indicó que no hablara ni gritara, y la llevó al interior de la vivienda, en la que echó el cerrojo de puertas. Posteriormente condujo a su novia hasta su habitación y la apuntó con una escopeta. Seguidamente le ató las manos y los pies, le dijo que si no se relajaba tambien le taparía la boca y la tiró al suelo.
En esa situación el acusado sacó un fusil CETME y empezó a cargarlo delante de la mujer, así como un chaleco que tenía cartucheras, y empezó a apuntar con el arma como para comprobar su funcionamiento. La mujer intentó tranquilizarle proponiéndole que no diría nada a nadie y que estaba dispuesta a arreglar la situación para poder continuar.
Entonces el acusado le retiró la cinta de pies y manos y le dijo que cuando llegaran sus padres se mostraran tranquilos porque de lo contrario les mataría a todos. Al notar la llegada de sus padres, el acusado salió solo al exterior de la vivienda a fin de advertirles que la mujer estaba dentro y que había roto la ventanilla del coche.
La novia del procesado, al ver entrar a la madre de éste, le pidió que la sacara de allí. Reunidos los cuatro, abordaron el problema de la pareja, pero, ante la discrepancia de la madre, el procesado estalló de nuevo y se dirigió a su habitación, mientras su novia se escondió acurrucada al lado de la puerta de la valla.
El acusado salió detrás de su novia con un cuchillo de monte y se puso a buscarla por el exterior, momento en que la montaron en la parte trasera del coche de los padres de su pareja y, conduciendo la madre de él, huyeron.
