Imagen de la vivienda de las víctimas
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 23 octubre 2017 15:00

VALÈNCIA, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un hombre acusado de matar a dos hermanos ancianos en su vivienda de la calle Ciscar de València en abril de 2016 ha reconocido ante un jurado popular que los estranguló y ha aceptado cumplir una pena de 38 años de prisión.

Inicialmente el hombre se enfrentaba a una pena de 45 años de cárcel por dos delitos de homicidio de víctimas especialmente vulnerables por razón de su edad y un delito continuado de estafa, aunque finalmente se ha llegado a un acuerdo entre acusaciones y defensa por el que se le ha rebajado la condena a los 38 años.

El hombre iba a ser juzgado este lunes ante un jurado popular en la Audiencia de València. En su declaración, ha reconocido con un "sí" todos los hechos que se le atribuyen. Posteriormente, los forenses han ratificado que las víctimas fallecieron por estrangulamiento.

El acusado y su mujer mantenían una relación de amistad y confianza con las víctimas, dos hermanos de 75 y 79 años que residían en una vivienda de la calle Ciscar de la ciudad y que no tenían ni descendientes, ascendientes ni hermanos. Estas personas se ofrecieron a ayudar al acusado, quien no disponía de casa propia, y le alquilaron una y asumieron los consumos de agua, luz y otros gastos.

A cambio, el acusado y su esposa les prometieron devolver la ayuda cuando dispusieran de distintas cantidades que iban a percibir en fechas futuras. A finales de 2015, uno de los hermanos padeció una lesión en una pierna que limitó su movilidad, y desde entonces el acusado fue intensificando su relación de confianza con las víctimas.

Frecuentaba casi diariamente su domicilio, al que accedía con unas llaves que estos le habían facilitado; les ayudaba y acompañaba en la realización de gestiones y tareas; y les llevaba en sus desplazamientos en un vehículo.

En la noche del 27 de abril de 2016, entre las 20.30 y las 23 horas, el acusado acudió a la vivienda de los hermanos y, estando a solas con ellos, estranguló primero a uno con las manos y luego al otro. Abandonó la vivienda y después, con una tarjeta de crédito que les había robado, intentó extraer 600 euros --importe máximo autorizado diariamente--.

En días posteriores el acusado volvió al domicilio de las víctimas, introdujo los cuerpos en unos sacos de dormir que había comprado y los depositó en el suelo de una habitación cuya puerta cerró con un candado. Para mitigar el mal olor, los cubrió con mantas, alfombras y ropas, echó sobre ellos arena sanitaria para gatos y colocó gran cantidad de ambientadores en la habitación y otras dependencias de la casa, en cuya puerta de acceso instaló un dispositivo de alarma.

Así mismo, entre el 28 de abril y el 4 de mayo del mismo año realizó varias extracciones de 600 euros con la tarjeta robada. Amigos y vecinos de los fallecidos preguntaban al acusado por ellos y éste les contestaba que se hallaban en Pamplona siguiendo un tratamiento médico y que volverían el 22 de mayo.

Al no regresar en esta fecha y al resultar muy intenso el olor que salía de su vivienda, vecinos del inmueble avisaron a la Policía, que el día 22 de mayo entró en la vivienda y halló los cuerpos. El acusado, al verse buscado, huyó hasta que el 23 de junio se entregó voluntariamente en la Comisaría de la Policía Nacional de Alicante.

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