ALICANTE, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un jurado popular ha declarado culpable de asesinato al acusado de matar a puñaladas a su compañera de piso en la vivienda que compartían en la calle Doctor Ayela de Alicante el pasado año. El veredicto, emitido este jueves por la tarde, establece por ocho votos a favor y uno en contra que la víctima no tuvo posibilidad alguna de defensa.
Asimismo, el tribunal ciudadano descarta que el asesino, Miguel L.R., se viera influido por la ingesta de alcohol y drogas o sufriese algún tipo de arrebato u obcecación, a la vez que se opone a un hipotético indulto o a que la pena privativa de libertad pueda ser suspendida.
Tras escuchar el veredicto, el fiscal, que inicialmente calificaba la agresión como un homicidio, ha solicitado a la juez de la Audiencia Provincial que ha presidido las cuatro sesiones del juicio que imponga al acusado 15 años de prisión. Por su parte, las dos acusaciones particulares personadas en la causa en representación de sendos hijos de la fallecida han reclamado 17 y 20 años de prisión, respectivamente. La defensa ha pedido la condena mínima por asesinato.
Los hechos ocurrieron el 2 de enero del pasado año sobre las 23.00 horas, cuando Miguel L.R. se dirigió a la habitación de su compañera y le produjo una quincena de heridas con un cuchillo. Diez de ellas afectaron a la cara y el cuello de la mujer y le produjeron la muerte tras una fuerte hemorragia.
El crimen fue descubierto sobre las 17.00 horas del día siguiente, 3 de enero, por el ciudadano que alquilaba habitaciones a ambos, entre otros inquilinos, en la vivienda. Al llegar a la escenario del asesinato, la Policía encontró el cadáver de la mujer, que tenía 47 años, tumbada en su cama y con el arma aún clavada en su cuello.
El ahora declarado culpable, de 66 años, estaba semiinconsciente en el suelo de la misma habitación tras haber ingerido diversas pastillas, motivo por el que fue evacuado a un centro sanitario.
El pasado lunes, durante la primera jornada de la vista oral, Miguel L.R. alegó que había actuado en legítima defensa ante un ataque previo de la víctima, en el transcurso de una discusión motivada porque ella le había robado dinero con anterioridad y él pretendía recuperarlo. El asesino llegó a insultar ese día a la fallecida, a la que calificó como "bicho", y no dudó en calificar lo ocurrido de "accidente".
