MADRID, 19 Ago. (EDIZIONES) -
Tal día como hace 39 años nos dejaba Julius Henry Marx, el genio que -gafas, puro y bigote mediante- escribió su nombre con letras de oro en el mundo de la comedia en particular, y del cine en general, bajo el pseudónimo de Groucho.
Julius Henry nació el 2 de octubre de 1890 en la ciudad de Nueva York en el seno de una modesta familia de inmigrantes alemanes. Fue el cuarto de seis hermanos -antes que él llegaron Manfred, Harpo y Chico y después Zeppo y Gummo- y dio sus primeros pasos en el mundo del espectáculo como cantante.
Lo hizo, cómo no, actuando junto a sus hermanos en el teatro en números musicales y revistas hasta que Paramount los descubrió para la gran pantalla.
Vestido con su levita negra y pertrechado tras su grueso mostacho de pega, sus gafas redondas bajo aquellas cejas hiperpobladas y armado con su puro habano firmó junto a sus hermanos (tres en la primera época, cuatro cuando Zeppo se retiró) títulos tan legendarios como Los cuatro cocos (1929), Sopa de ganso (1933), Una noche en la ópera (1935), El hotel de los líos (1938), Los Hermanos Marx en el Oeste (1940) o Una noche en Casablanca (1946).
Pocos años antes de morir, en 1974, la Academia le concedió un Oscar honorífico por su carrera. Groucho falleció el 9 de agosto de 1977 en California y cuenta la leyenda en su lápida se puede leer a modo de epitafio la frase "Disculpe que no me levante". Pero dicha cita es solo eso, una leyenda que se ha convertido en una de sus frases más reconocibles.
Para recordar su legado en el aniversario de su fallecimiento repasamos en este gráfico interactivo otras 10 míticas citas que sí que pronunció en vida el legendario Groucho Marx.
