Bruselas revisa las ayudas al cine para mejorar el apoyo a las coproducciones e incluir a salas y distribuidores

Joaquín Almunia
REUTERS
Actualizado: jueves, 14 noviembre 2013 14:51

BRUSELAS, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Europea ha presentado este jueves una revisión de las normas que regulan las ayudas públicas de los gobiernos europeos al sector audiovisual, con el objetivo de ampliar el apoyo a las coproducciones en la Unión Europea y también extender los subsidios a "todas las fases de producción", incluidos los distribuidores y las salas de proyección, y no limitarlas a la producción como hasta ahora.

Con estos criterios, Bruselas espera seguir apoyando la diversidad cultural de cada Estado miembro, pero "sin crear distorsiones" en el mercado interior, para lo que se crea un marco armonizado frente a la gran diversidad de modalidades que existen en la actualidad.

La idea es reforzar la "dimensión europea" de la industria e impulsar su competitividad, ha dicho en una rueda de prensa en Bruselas el vicepresidente del Ejecutivo comunitario y responsable de competencia, Joaquín Almunia.

Por ello, el Ejecutivo comunitario establece que las ayudas "se extiendan a todas las fases" de una obra audiovisual, "desde su concepción hasta su proyección en salas", y no solo a su producción como ocurre hasta ahora, ha explicado el vicepresidente comunitario. Ello permitirá apoyar a las salas de proyección e incluye la posibilidad de concederles fondos para su modernización.

Los gobiernos seguirán teniendo un techo máximo para los subsidios públicos que podrán dedicar al sector audiovisual, pero varía la "intensidad" de las ayudas. Así, un país podrá aportar fondos para hasta el 50 % del presupuesto de un rodaje en su territorio, una ayuda que podrá ser mayor, hasta de un 60 %, para las coproducciones que impliquen a varios países de la UE.

Pese a que el Ejecutivo comunitario plantea cambios en los criterios de asignación de los fondos, sí mantiene el concepto de "territorialidad" que obligará al beneficiario a gastar un porcentaje determinado de la ayuda en el país que se la ha concedido. Esta obligación, en cualquier caso, no podrá exceder el 80 % del presupuesto total de la producción.

Almunia ha explicado que la Comisión "nunca" ha puesto en duda que los Estados miembros puedan fijar que un mínimo de la ayuda que conceden se gaste en su territorio, sino que las nueva reglas establecen un "marco jurídico sólido" y aseguran que la exigencia es "proporcional", para mantener el "equilibrio justo" entre los intereses nacionales y los europeos.

Además, no habrá límites en los apoyos a guiones y desarrollo de producciones audiovisuales, por su especial situación, así como para las obras consideradas de "especial dificultad". Los criterios para enmarcar a este tipo de producciones serán de la competencia de las autoridades nacionales.

CRÍTICAS DE CINEASTAS

Las nuevas normas de apoyo al cine que Bruselas ha presentado este martes y para las que los gobiernos europeos tendrán un plazo de dos años para trasladarlas a sus modelos han suscitado fuertes críticas entre relevantes directores europeos, que no veían necesario modificar las reglas actuales, en vigor desde 2001.

La semana pasada, un grupo de cineastas entre los que se encuentran Pedro Almodóvar, Ken Loach, Win Wenders y los hermanos Dardenne mostraron en una carta abierta su "gran preocupación" por el régimen de ayudas públicas al cine que preparaba el departamento que dirige Almunia. Los directores defendían el sistema anterior y reclamaban que se mantuviera una "flexibilidad" suficiente para que los Estados miembros decidan el destino de sus subsidios.

Preguntado sobre este asunto, Almunia ha considerado que han quedado resueltas las dudas del sector y ha asegurado que "para cuando llegó la carta, ya habíamos resuelto lo que a ellos les preocupaba".

El vicepresidente comunitario ha reconocido que ha habido "muchas discusiones" durante el periodo de preparación del reglamento por el peso de las medidas en el sector y en la cultura, pero también por la "diversidad" de los sistemas nacionales.

El objetivo de Bruselas ha sido "equilibrar" la excepción cultural que defienden las autoridades nacionales con las exigencias de un mercado único en la UE. "Hemos resuelto (este problema) sin mermar la capacidad del sector para recibir ayudas y que las usen bien", ha apuntado Almunia.

En cualquier caso, Almunia ha advertido de que en la práctica las nuevas reglas no exigirán grandes cambios en los modelos con que cuentan la mayoría de los países, si bien ha advertido de que lo que no puede modificar la Comisión Europea son las prioridades de gasto de cada gobierno.

"Creo que ahora lo más complicado son las dificultades económicas para ayudar a la industria en algunos Estados miembros. Y, ahí, la Comisión no puede sustituir la definición de las prioridades de cada Estado miembro", ha remachado.

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