Paul Verhoeven señala el gran error del remake de Robocop

Robocop (1987) y Robocop (2014)
MGM/ORION PICTURES
Actualizado: miércoles, 14 septiembre 2016 17:22

   MADRID, 14 Sep. (EDIZIONES) -

   Paul Verhoeven, director de de títulos tan populares como Starship Troopers, Robocop, Instinto Básico o Desafío Total, intenta ver todos los remakes o secuelas que hacen de sus películas. Y, hablando precisamente de la nueva versión de la historia de Alex Murphy que se estrenó hace un par de años, ha señalado cuál es, a su juicio, el gran error de la actualización de Robocop: "Hacerla demasiado oscura".

   En una conversación con Collider acerca de su nueva película, Elle, que podrá verse en la sección Perlas del inminente Festival de San Sebastián, Verhoeven ha declarado algunas de sus teorías por las que la nueva Robocop erró: "De alguna forma, piensan que la aparente ligereza de Robocop (o de Desafío total) es un inconveniente. Así que toman esas historias absurdas e intentan hacerlas mucho más oscuras. Ese es el fallo".

   La película original, de 1987, contaba la historia de un oficial de policía interpretado por Peter Weller al que transformaban, tras un accidente, en un cyborg. La cinta fue un éxito absoluto incluso con su calificación para mayores de 18 años en EE.UU. Había costado 13 millones de dólares y recaudó casi 54 millones sólo en el mercado doméstico.

   Sin embargo, el remake, de 2014 y dirigido por José Padilha (Tropa de élite), costó 100 millones (sin contar labores de publicidad y márketing) y no llegó a los 60 en suelo americano. Por ello, Verhoeven va más allá y aduce una diferencia específica para ejemplificar su postura contraria.

EL CEREBRO ES LA CLAVE

   "En [la nueva] Robocop, cuando el protagonista despierta, tiene el mismo cerebro", dice el realizador. "Él está horriblemente deformado y es una víctima amputada desde el principio, lo que ya es terrible. Eso no lo hicimos en la nuestra. Su cerebro está muerto y él sólo tiene ciertos flashes de memoria y necesita ir a un ordenador para descubrir quién es".

   El autor de films como Instinto básico o Starship Troopers continúa su diatriba. "Creo que si el personaje no tiene un cerebro robótico, haces una película mucho más densa, lo que no ayuda nada al resultado final. Se vuelve más tonta y absurda, pero en el sentido equivocado. Ambas cintas necesitan la distancia de la sátira para situar a la audiencia. Hacerla tan dura acaba siendo, pues, un problema y no una mejora", zanja Verhoeven.