Tristán Ulloa: "El sargento Castro de Fariña es un símbolo de las pocas personas honestas que había entonces"

Tristán Ulloa es el sargento Castro en Fariña
ATRESMEDIA
Actualizado: miércoles, 9 mayo 2018 16:51

MADRID, 9 May. (EDIZIONES) -

Fariña llega a su fin con las espadas en todo lo alto. Mientras el resto de los grandes narcos cae en la famosa Operación Nécora, Sito Miñanco (Javier Rey) consigue huir de la justicia junto a Camila (Jana Pérez). Sin embargo, hay una persona en las Rías Baixas que no está dispuesto a dejarlo escapar. "El sargento Castro es un símbolo de las pocas personas honestas que había entonces", explica Tristán Ulloa acerca de su personaje en la serie de Antena 3.

Darío Castro y Sito Miñanco. Esa compleja dupla refleja el bien y el mal que se ha ido desgranando, durante casi diez capítulos, el complejo entramado del narcotráfico en Galicia en la década de los 80. Para Ulloa, de familia gallega y quien pasó parte de su adolescencia en Vigo, esto no es agua pasada. "El narcotráfico fue muy doloroso y lo sigue siendo, tanto por la cocaína, que entraba por arriba, como por la heroína, que afectó más a las clases bajas. Fue una generación perdida", recuerda el actor nacido en Francia.

En el noveno y penúltimo capítulo de esta primera temporada, el sargento -apoyado por el juez Garzón- estrechó el cerco sobre los capos gallegos hasta darles caza. A pesar de tratarse de un personaje ficticio, Ulloa asegura que dicho trabajo tiene su base real. "Darío Castro es ficticio, pero es un símbolo de las pocas personas honestas que había. Tuve la oportunidad de conocer a Enrique León", explica en relación al que fue comisario de Vilagarcía y responsable de la Udyco en Galicia en aquella época. Una más que posible inspiración para su personaje.

"Me contaba que sentía que no podía hacer realmente nada, porque había un sistema que hacía impunes a los narcos. Había que cambiar las leyes", detalla Ulloa sobre su testimonio directo con la Policía. "La infraestructura de la policía era un desastre, con coches de mierda mientras ellos [los narcos] iban en Ferraris. Desde Madrid no se hizo nada hasta que vieron que se estaba defraudando mucho dinero a Hacienda. Entonces actuaron; no porque fuese ilegal aquello".

"ES INCREÍBLE QUE SE CENSURE EL LIBRO"

En cuanto a la censura del libro de Nacho Carretero (Libros del KO), Tristán Ulloa confiesa que el autor "es muy amigo mío y sé que está muy preocupado". Con la misma franqueza, el protagonista de la serie no concibe dicha prohibición. "Es increíble, tampoco es que sean versos satánicos. ¿En qué país vivimos? Willy Toledo, por ejemplo, lo conozco y es un 'bocas', pero no se le puede juzgar por cagarse en dios. No van a dar abasto los juzgados para cada uno que se cague en dios. Me preocupa mucho. No puedes decir determinadas cosas en este país", sentencia Ulloa.

Atendiendo a otra polémica que ha arrastrado la ficción desde sus inicios, Tristán no es partidario de darle demasiada importancia a denuncias como la de Laureano Oubiña, quien consideró que una escena de carácter sexual de su personaje -interpretado por Carlos Blanco- atentaba contra su honor, por lo que decidió denunciar a Atresmedia y la productora, Bambú. "El espectador no se escandaliza por ver follando a alguien con su exmujer, lo importante no es eso", comprende el protagonista de Lucía y el sexo y Mataharis, entre otras.

"MADRES CONTRA LA DROGA FUERON EL MOTOR"

Baltasar Garzón (Miquel Fernández) ha jugado un papel fundamental en los últimos capítulos de Fariña. Pero para llegar a este punto, el de gran redada contra los narcos gallegos, fue necesario dar visibilidad a una situación de gravedad extrema: la que denunciaron cientos de madres que veían cómo sus hijos se consumían ante sus ojos por culpa de la droga.

"Las madres fueron las que llegaron a Madrid y un motor importante para que alguien como Garzón se involucrase. Ellas consiguieron que en Madrid se hiciese caso a un drama muy bestia. Incluso uno de los actores de esta serie tuvo un hermano que falleció entonces", recuerda Ulloa con pesar.

En cuanto al futuro, Tristán no descarta participar en una segunda temporada... o lo que surja. No en vano, afirma que "este es uno de los mejores trabajos en los que yo he participado y me encanta que así se reciba". Habla de una audiencia que sigue respaldando a la serie con un 16,5% de media de share. En redes sociales los halagos, también para su interpretación, se suceden cada noche de miércoles.

"A mí lo que me interesaba era trazar una evolución del personaje, que se viese también una degeneración física", comenta Ulloa para después señalar lo que fue el punto de inflexión para el sargento Castro. "Cuando entran en juego los colombianos y empieza a haber muertos, incluido uno de sus compañeros, este hombre se derrumba. Se ve un cambio de actitud, empieza a ser muy escéptico, desengañado, se ve más solo que la una", reconoce el actor que le da vida.

¿Será el sargento quien de capturar a Sito Miñanco en el último capítulo? Sin querer destripar lo que promete ser un apasionante final de temporada a los seguidores de la serie, UIloa lanza un mensaje: "El sargento ha hipotecado incluso su salud por llegar al final de todo esto. Y aunque sea con su último aliento... lo va a intentar".