Antonio Iturbe rescata la esperanza literaria en el libro 'La bibliotecaria de Auschwitz'

Antonio Iturbe presenta 'La bibliotecaria de Auschwitz
EUROPA PRESS

MADRID, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

Antonio Iturbe apela a los libros como única esperanza y como la "ventana" que abre otro mundo en "situaciones deprimentes" en la novela 'La bibliotecaria de Auschwitz' (Planeta), un relato en el que el escritor y periodista se basa en un personaje real para construir esta historia.

Dita Adlerova es una joven de 14 años que estuvo encargada de la biblioteca clandestina que se había organizado en el barracón 31 del campo de concentración de Auschwitz, en el que se montó una improvisada escuela para que los niños pudieran acceder a la enseñanza en medio del horror del Holocausto.

Ahora, aquella joven bibliotecaria tiene 82 años y vive en Israel. "Tiene una fortaleza tremenda, no se queja nunca ni se lamenta. Además, no ha perdido la sonrisa e incluso bromea", ha señalado el autor este miércoles en declaraciones a Europa Press.

Iturbe descubre una de las miles de historias que continúan sumergidas en el pasado del horror nazi, para sacar a la superficie el verdadero interés de este volumen: "Si no hay una cultura que nos eleve del suelo y nos haga volar, nada vale la pena", ha dicho.

En este libro, su tercera novela, traza una "carretera secundaria" y muestra el papel que juega la literatura en un momento tan límite como este. "Un libro no se come ni te salva de la cámara de gas, pero te hace vivir, porque en un momento en el que la gente está atrapada en la desesperanza y la desilusión, arrancar una sonrisa a un niño es una gasolina tremenda", indica.

LA SUPERVIVENCIA CULTURAL

De alguna forma, este canto a la libertad y a la cultura tiene un paralelismo, quizás no intencionado, con el momento actual, en el que el Gobierno, "tras subir el IVA al 21 por ciento, nos está diciendo que es lo mismo comprarse un Audi que acudir al teatro a ver 'Fuenteovejuna'".

Por ello, opina que la supervivencia va más allá: "Si solo comemos y solo bebemos no somos personas. Debemos dar un paso más, preguntarnos qué somos y qué hacemos aquí y soñar, porque sin eso no valemos nada".

La quema de libros por parte de las dictaduras ha sido un "suicidio mental", algo que es susceptible de repetirse si no se aprecia el valor que tiene la literatura en la vida. "Parece que los libros han de estar continuamente haciéndose valer, cuando durante miles de años han demostrado que han sido el sustento de la transmisión del conocimiento y en la cultura occidental, y lo que ha hecho es hacer la vida de las personas mejores", apunta.

El descubrimiento de esta historia --que en parte está ficcionada-- surgió a partir de la lectura de una obra de Alberto Manguel, en la que el autor hace un recorrido por todas las bibliotecas del mundo. Entre esas páginas, dedica un apartado a este pequeño archivo clandestino.

En total, la biblioteca tenía solo ocho volúmenes: 'Atlas universal', 'Breve historia del mundo', 'Gramática rusa', 'El conde de Montecristo', 'Tratado elemental de geometría', 'Las aventuras del bravo soldado', 'Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica' y 'Novela rusa'.

Los títulos que llegaron hasta allí no fueron escogidos, sino que la selección fue fruto del azar. Suficiente para acercar la normalidad a los niños que ya no podían volver a la escuela, según le confesó la propia Dita al autor de este libro.