Norman Ohler indaga en el papel de la droga en los nazis en 'El gran delirio: "Todo el mundo en Alemania era drogadicto"

Actualizado: miércoles, 29 marzo 2017 21:24

   MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -

   El periodista y escritor alemán Norman Ohler indaga en la importancia que tuvieron las drogas en el III Reich en el ensayo 'El gran delirio: Hitler, drogas y el III Reich' (Crítica-Grupo Planeta). De hecho, según ha afirmado en una entrevista con Europa Press, tal era el papel de los estupefacientes en la sociedad, ejército y élite política del país en la era del nazismo que "en los 50 todo el mundo en Alemania era drogadicto" y el "milagro económico" de los años de la posguerra se produjo gracias a la Pervitina.

   "Todos sabemos que los nazis hacían todo hasta el extremo, pero también llevaron el abuso de las drogas hasta el extremo", explica Ohler. Así, según continúa el autor de este libro, resultado de cinco años de investigación en archivos alemanes y estadounidenses, "las drogas estaban en todas partes del sistema", pues su consumo estaba extendido en todos los ámbitos: población civil, ejército, campos de concentración y élite política. Hasta el Ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels o el comandante Hermann Göring tomaban drogas de manera habitual.

   Incluso Hitler era un drogadicto, según ha confirmado el autor del libro, pues "era el Führer también cuando se trataba de las drogas, era el líder de las drogas". Tal y como expone en su libro, Hitler, que padecía de dolores de estómago, tenía un médico personal llamado Theodor Morell que le recetaba hasta 74 estimulantes distintos, entre ellos Eukodal (un "opiáceo muy fuerte") o cocaína, sustancia que sólo tomó durante unos pocos meses. "Lo que hizo su médico fue mantenerle en su camino hasta el final, porque vemos que el uso bestia de las drogas sucede más tarde, en la guerra, cuando las utiliza para estabilizarse", señala.

   Con respecto a cómo llega la población civil a consumir drogas durante estos años en Alemania, Ohler explica que su origen se encuentra en la comercialización de la Pervitina, una droga que estaba compuesta de metanfetamina, y que era legal cuando salió al mercado, pues se comercializó como "algo que era bueno contra todo, para combatir la depresión o el aburrimiento".

   Pese a las advertencias del secretario de Sanidad nazi Leonardo Conti, que decía que el consumo de drogas iba "en contra" de la ideología nazi, "todos la seguían utilizando [la Pervitina] y al ejército no le importaba" lo que se decía de la droga. En este sentido, Ohler recalca la importancia que tuvieron los efectos de la metanfetamina en los soldados nazis. "En la guerra contra los franceses distribuyeron 35 millones de pastillas, así que las drogas sí jugaron un papel muy importante para el ejército", justifica el ensayista.

   Sin embargo, el consumo de sustancias en el ejército alemán no supone una excepción con respecto a la época. Según indica Ohler, los franceses, por ejemplo, también tenían su propio "suministro de drogas", sólo que "su droga era el vino tinto". "Cuando llegaba la noche estaban agotados, así que, comparando el vino tinto con la metanfetamina, está bastante claro quién va a ganar", apunta.

¿DETERMINANTE EN LA VICTORIA Y DERROTA?

   Preguntado sobre si el curso de la historia hubiese sido distinto de no ser por el abuso de este tipo de droga en el ejército alemán, el autor es escéptico. "Desde luego que hubiese cambiado, pero no sabemos cómo, a lo mejor seguiría habiendo un gobierno nazi en Alemania, pero eso es una grandísima especulación", comenta.

   En este sentido, considera que, por un lado, la metanfetamina fue un factor importante para ganar en las llamadas 'guerras relámpago', pero también reconoce que los alemanes siempre tenían un "sistema perfecto" a la hora de abordar las batallas. "Todo era una especie de maquinaria perfecta y las drogas eran parte de esta maquinaria --narra--. Si sacas las drogas de la ecuación, es posible que esa máquina hubiese sido más lenta".

   Según Ohler, hay estudios que afirman que el consumo de Pervitina reducía el miedo. Para entender cómo influía esto en los soldados, el autor ha hecho referencia a un hecho que aconteció en la primera batalla de la campaña, cuando los alemanes entraron en Bélgica en mayo de 1940. Así, comenta que, en una de estas batallas, los alemanes "entraron arramblando con todo y sin ningún tipo de miedo, y los belgas estaban tan sorprendidos con esto que huyeron, porque pensaban que estos soldados alemanes estaban locos".

   "A veces las batallas se deciden por algo psicológico, si estas luchando contra alguien que ves que está fuera de control y no tiene ningún tipo de miedo, esto se convierte en un enemigo muy peligroso", justifica el autor, que opina que también pudo haber sido determinante en la derrota nazi. "Perdieron por diferentes motivos, hay informes que decían que había tropas de soldados que estaban deprimidos porque no tenían Pervitina, pero no se puede decir que perdieran por eso, pero sí decir que dejó de ayudar", argumenta el escritor, que piensa que la droga fue "muy útil en la 'guerra relámpago', pero no en la guerra de desgaste".

DROGAS EN EL EJÉRCITO ACTUAL

   Asimismo, el abuso de drogas estaba implantado en los campos de concentración. "En Auschwitz, las SS tenían problemas a la hora de interrogar a los luchadores de resistencia polacos, no hablaban, así que les empezaron a dar mezcalina sin decírselo, café con mezcalina, un alucinógeno, que es una planta mexicana", manifiesta el alemán.

   De hecho, según continúa, estos experimentos llevados a cabo con los reclusos en los campos eran de interés para los norteamericanos. "Cuando liberaron los campos de concentración, tomaron todas esas notas y las utilizaron para sus propios programas de lavado de cerebro, como el MK Ultra", destaca.

   Por otro lado, el escritor ha hablado sobre el uso y abuso de drogas en los ejércitos actuales. Ohler afirma rotundamente que sabe que este sistema está implantado hoy en día, tanto en el ejército alemán de ahora, que toma Modafinil, "la droga con la que la mayoría de los ejércitos está experimentando ahora mismo", o en los pilotos de drones, que consumen la 'go pill'.

   Igualmente, le parece "interesante" que este método también se haya extendido hasta el Estado Islámico, donde consumen Captagon, también compuesto por metanfetamina, cuya producción se trasladó a Túnez cuando Bulgaria y Rumanía --países donde se empezó a producir-- se unieron a la UE. "La meta también te quita el hambre, así que es una droga perfecta para luchadores árabes o terroristas", indica el autor, que cree que en ambos casos, este tipo de sustancias "les hace ser unos luchadores más eficaces".

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