Zeruya Shalev revive la realidad de una familia israelí y sus distintas generaciones en 'Lo que queda de nuestras vidas'

Actualizado: viernes, 31 marzo 2017 8:48

   MADRID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -

   La escritora Zeruya Shalev explica que su última novela, 'Lo que queda de nuestras vidas' (Siruela), muestra la realidad "de una familia privada, pero el entorno de Israel reviste mucha importancia, y puede dar una idea de las distintas generaciones que hay en la sociedad israelí".

   Así lo ha manifestado Zeruya Shalev (Israel, 1959) en el marco de una rueda de prensa celebrada este viernes 25 de noviembre en Madrid para presentar el libro, donde ha indicado que ésta, su última novela, es una obra de personajes muy fuertes, lo cual no es premeditado. "No hago muchas cosas a propósito", ha asegurado.

   La protagonista de la novela, Hemda Horowitz, se halla al borde del final de su vida en un hospital de Jerusalén, donde con amargura repasa su trayectoria vital: su juventud en el kibutz, incapaz de cumplir con las exigencias de su padre, un severo colono; su matrimonio sin amor con un superviviente del Holocausto igual de rígido, y la relación con sus dos hijos, de los cuales amó demasiado a uno mientras que a la otra no fue capaz de quererla de la misma manera.

   Mientras, su hijo Abner se ha convertido en un hombre insatisfecho con su trabajo y torturado por un matrimonio lleno de resentimientos, lo que, mientras permanece en la clínica junto a su madre, le llevará a obsesionarse por una hermosa mujer con la que entablará una extraña y delicada relación.

   Por su parte, Dina, la hija, se ha casado con un fotógrafo de carácter taciturno y ha dejado de lado sus aspiraciones profesionales para dar a Nitzan, su hija adolescente, el afecto que ella misma nunca recibió de su madre. Pero a medida que la joven va apartándose de ella, se verá invadida por el deseo de adoptar a un niño, a pesar de la firme oposición de su familia.

   En este sentido, la escritora ha detallado que "la primera generación de estos pioneros --colonos-- fue tan estricta, tan ideológica que la siguiente sentía que estaba un poco perdida porque sus padres sabían demasiado". "De esta manera los niños no tenían suficiente fe en si mismos. Luego, la generación de Abner y Dina, que son los hijos, son una generación un poco obsesionada. Así que la única esperanza que nos queda está en las nietas", ha relatado.

SU MADRE COMO INSPIRACIÓN

   En relación con la protagonista, Shalev ha señalado que a través de Hemda ha descrito partes de la infancia y la juventud de su propia madre que nació en un kibutz --una comuna agrícola israelí, esencial en la creación del Estado de Israel--, que, desde su punto de vista, "no satisfacía" las necesidades de las familias.

   Desde el punto de vista del narrador de la obra, la autora ha señalado que el proceso de creación ha sido "completamente espontáneo" y ha destacado que se trata de "la primera vez" que se separa de la narración en primera persona, forma en la que ha escrito "todos" sus anteriores libros.

   "De repente sentí una gran atracción por la narrativa en tercera persona, por la variedad y la distancia que permite. Aún así he intentado mantenerme cerca y quizá por eso a veces parece que hay cierto movimiento de la tercera, a la segunda y a la primera persona", ha comentado, para agregar que así establece distintos tipos de diálogos con cada personaje.

   Respecto a los personajes, la escritora ha destacado que suele hacer una "planificación general" de los mismos, que "de alguna manera" se le imponen. "Eso es lo que me ocurrió aquí, en esta novela", ha asegurado, para después añadir que estaba "intentando" plantearse los personajes y conocerles, y "poquito a poco" se dio cuenta de que "iban cobrando cada vez más fuerza" y "a veces ni si quiera podía controlarlos".

   Preguntada por la insatisfacción vital de los protagonistas del libro, Zeruya Shalev ha respondido que, en opinión, el problema es que a veces las personas tienen "demasiadas expectativas" y por eso "la mayoría" de la gente no es feliz la mayor parte del tiempo. "Quizá esta sea una de las pocas soluciones, tener expectativas no tan altas", ha remachado.

   "Esta miseria, esta infelicidad es algo que impulsa de alguna manera. Hace que los personajes se muevan, que intenten encontrar esa felicidad, que intenten encontrar el amor... El hecho de que se enfrenten a distintos tipos de crisis hace que cambien y creo que el cambio es un proceso muy importante en la vida y en la literatura por supuesto", ha argumentado Shalev.

   Sobre si se considera una escritora controvertida en Israel, la autora ha asegurado que sí pues en "todos" sus libros ha abordado temáticas consideradas tabúes en la sociedad israelí. En este caso, ha indicado que en 'Lo que queda de nuestras vidas' trata acerca de la maternidad, la preferencia de un hijo sobre el otro, la represión de una generación, etc.

   Por otro lado, Zeruya Shalev ha hecho alusión a la supuesta percepción internacional de que Israel es un estado cerrado, con cierto carácter defensivo. Así, la escritora ha explicado que el país se divide en varios grupos y, principalmente, entre seculares y religiosos. En este punto, ha comentado que para las personas religiosas ser una sociedad cerrada "está bien", mientras que los seculares --entre los que se incluye-- quieren vivir en "un mundo abierto, globalizado".

   Zeruya Shalev combina su pasión por la escritora (empezó a escribir a los 6 años) con la dirección de su propia editorial. Hasta el momento, la autora ha escrito cuatro novelas: 'Vida amorosa' (1997), 'Marido y mujer' (2000), 'Théra' (2007), y 'Lo que queda de nuestras vidas', obra por la que ha sido galardonada en 2014 con el premio Femina Étranger. La escritora confiesa que no ha leído "suficiente" literatura española, pero se muestra seguidora de Antonio Muñoz Molina. "He leído todos sus libros y le admiro", ha concluido.