Cal confirmó los pronósticos y ya es el español con más medallas
MADRID, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los Juegos Olímpicos de Londres 2012 serán recordados por la excelente actuación de la nadadora Mireia Belmonte, una de las grandes noticias del deporte español, que fue capaz de sumar dos platas en una cita en la que España recuperó el sabor del podio tras doce años de sequía en la piscina.
La badalonesa abrió la veda en los 200 mariposa, una distancia que no es su fuerte, pero para la que apostó con ahínco tras su octavo puesto en la final del 400 estilos. De hecho, su sobrecogedora fuerza le permitió nadar en seis pruebas, algo inédito para las brazadas españolas en la historia olímpica.
Belmonte salió muy enfadada de esa final. Cuando se hablaba de la catalana como bandera de la natación nacional era por algo, pero ella, que acabó llorando, se negó a comparecer ante los medios. Sólo quería pensar en la próxima prueba y así pasó. Se subió al tren a sus 21 años, una edad perfecta para relanzar la natación nacional.
Con perspectiva, la badalonesa sabía lo que decía. "Menos mal que tenía otra al día siguiente, quería quitarme ese mal sabor de boca cuanto antes", explicó tras su primera medalla, la que le quitó la presión, la que demostró que está capacitada para ser la próxima abanderada y la que le permitió hacer un tremendo esfuerzo para ganar otra plata en los 800 libres.
La catalana culminó su actuación en el relevo 4x100 estilos con un récord nacional. Un sublime desempeño que dio rienda suelta para que el resto de deportistas comenzaran a darle color al medallero español. Al protagonismo de Mireia le dio relevo David Cal, otro de los 'grande' del olimpismo patrio.
El gallego, quintúple medallista olímpico, confirmó los pronósticos con una plata en C-1 1.000 metros y se convirtió en el deportista español con más metales. Cal se llevó una medalla de oro y otra de plata en los Juegos de Atenas y repitió hito en los Juegos de Pekín, hace cuatro años, donde se adjudicó otras dos medallas de plata.
En esta ocasión, el pontevedrés --que firmó una mala salida-- pudo remontar como ya de costumbre para acabar con un final espectacular que le permitió dar continuidad a su leyenda y superar al exciclista balear Joan Llaneras y a la capitana del equipo de Copa Federación, Arantxa Sánchez Vicario, ambos cuádruples medallistas.
CRAVIOTTO ENTRA ENTRE LOS GRANDES.
Por su lado, otro piragüista de aguas tranquilas como Saúl Craviotto también se hizo un hueco en la historia del olimpismo español. El catalán, que logró la plata en K-1 200, fue nombrado abanderado para la ceremonia de clausura y no falló ante su segunda cita olímpica consecutiva.
Craviotto, policía de profesión, ya ganó en Pekín el oro en K-2, de la mano de Carlos Pérez Rial, pero su mala fortuna en el preolímpico les dejó sin plaza. Sin embargo, y aunque fuese en solitario, ha conseguido entrar entre los mejores del piragüismo y del olimpismo nacional convirtiendo a su deporte en uno de los más laureados.
Tras la vela (19), que volvió a ser un caballo ganador con los oros de Marina Alabau y del Elliot m.6, y el ciclismo (14) --que contabiliza la ruta, pista y 'mountain bike'-- el piragüismo ya cuenta con 12 metales que le meten en el podio de rentabilidad para el deporte nacional.
Además, Marina Alabau no falló para quitarse la espina de Pekín y se mostró intratable en el campo de regatas británico para lograr un oro en windsurf, prácticamente asegurado desde la cuarta regata, cuando no soltó el primer puesto y demostró su solvencia en las aguas de Weymouth, donde las chicas del Elliot m.6, Támara Echegoyen, Ángela Pumariega y Sofía Toro completaron la machada con otra presea dorada.
En el tatami del ExCel Arena, el taekwondo fue vital para que creciese el medallero español, pero sobre todo gracias al oro de Joel González en -58kg. El catalán, tremendo en toda la competición, encumbró a su deporte con un oro bestial, acompañado por las sensacionales platas de Brigitte Yagüe y Nicolás García.
